22 abril, 2020

Pautas para reactivar el enoturismo en las bodegas tras el coronavirus

Tras varios años experimentando un importante crecimiento en el número de visitantes recibidos en bodegas -así lo confirman las últimas cifras arrojadas por el Observatorio Turístico de RVE y el Monitor de la DOCa Rioja-, nos hemos llevado un importante jarro de agua fría con la crisis del COVID-19. El área de enoturismo de las bodegas, como prácticamente todas las actividades turísticas, se ha visto obligado a cerrar las puertas a causa de la expansión del coronavirus.

Y esta cuestión tiene unos efectos devastadores para las bodegas con actividad turística. No sólo se han suspendido los ingresos derivados de las visitas, experiencias, reuniones, convenciones, incentivos, etc., sino que también ha supuesto una importante caída en las ventas directas de vino -el que compran los propios visitantes en la tienda -, especialmente destacable en aquellas bodegas que venden un volumen importante de vino a través del enoturismo. A todo ello se suma el desplome de las ventas en el canal Horeca, uno de los principales canales de distribución del vino, afectado por el cierre de la hostelería y una caída muy importante de la actividad exportadora.

A pesar de la situación tan complicada que está atravesando el sector, y el país en general, algunas bodegas están demostrando una enorme capacidad de adaptación y resiliencia, reaccionando rápido ante la nueva situación y tomando medidas para adaptarse al nuevo entorno. Unas cuantas, las que contaban con recursos tecnológicos para ello, han optado por abrir sus puertas a los visitantes de forma virtual, ofreciendo la posibilidad de recorrer viñedos, calados y salas de barricas a través de un tour virtual. Otras, han optado por realizar catas en streaming, talleres de distintas temáticas o directos a través de las redes sociales. También hemos podido ver muchas otras iniciativas, algunas de carácter formativo, como cursos online dirigidos a entusiastas y aficionados al mundo del vino; y otras tantas de carácter solidario, que están mostrando el lado más generoso del sector vitivinícola.

En cualquier caso, el disfrute del vino en plena pandemia del COVID-19 se ha visto reducido a un solo espacio de consumo: el hogar. Como consecuencia de ello, la venta online y el consumo de vino en el hogar han aumentado considerablemente en las últimas semanas. No es de extrañar, por tanto, que la mayor parte de las bodegas hayan optado por habilitar o reforzar sus canales de venta online, ofreciendo descuentos especiales y facilidades como el envío gratuito a domicilio.  

A raíz de las conversaciones mantenidas en estas fechas con muchos clientes, bodegueros, responsables de Enoturismo y amigos del sector, hemos decidido publicar esta entrada en nuestro blog para poner nuestro granito de arena en estos momentos de incertidumbre. Creemos que estamos en un momento de la verdad y es hora de remar todos en la misma dirección.

Os dejamos una serie de recomendaciones que esperamos sean de utilidad para todas las bodegas y destinos enoturísticos.

 

PAUTAS PARA REACTIVAR EL ENOTURISMO POST-CORONAVIRUS

 

1. REFORMULAR LA ESTRATEGIA DE ENOTURISMO
  • En primer lugar, es fundamental que aprovechemos este paréntesis en la actividad para reformular la estrategia enoturística de la bodega. Muchos de los nuevos proyectos y planes de enoturismo de bodegas han cogido más fuerza en este momento por el parón de la actividad. Pero también porque muchas bodegas y destinos están mirando más allá de la propia crisis del COVID-19. Según los expertos, hasta que llegue la vacuna es muy probable que tengamos que aprender a convivir con ciertas restricciones y también es evidente que se producirán cambios en la forma de viajar. El escenario en el que nos encontramos es muy distinto y si queremos sobrevivir, deberemos adaptar nuestros servicios, instalaciones y procesos a las nuevas circunstancias. Y también será necesario revisar la estrategia enoturística que llevábamos a efecto, será necesario redefinir los objetivos, optimizar los recursos humanos y materiales, revisar la oferta de productos y servicios, definir una nueva política de precios, promoción, etc.
  • Para llevar a cabo esta reformulación habrá que tener en cuenta los recursos disponibles (no sólo económicos sino también humanos), ya que es posible que se hayan visto reducidos. La creatividad y la capacidad de innovación será un importante valor para hacer frente a esta nueva situación, y en este sentido, las bodegas y destinos que consigan retener el talento van a contar con una importante ventaja competitiva.

 

2. GESTIONAR CORRECTAMENTE LA COMUNICACIÓN 
  • Primero, recordando que no hemos dejado de existir, manteniendo un vínculo con nuestros clientes.
  • Después, cuando las autoridades lo permitan, informando que ya estamos abiertos y que cumplimos con garantías de seguridad e higiene sanitaria.  
  • Más adelante, cuando la situación se acerque a la normalidad que todos esperamos, creando argumentos importantes para visitarnos. En este nuevo contexto, será fundamental:
    • Centrar nuestros esfuerzos en la demanda turística nacional y especialmente en los mercados de proximidad, ya que probablemente los primeros viajes sean desplazamientos cortos a destinos cercanos. No obstante, no debemos olvidar al turista internacional, que tarde o temprano volverá. Y también hay que ir generándole confianza para que venga o vuelva a España.
    • Transmitir una imagen de seguridad, informando de las medidas de higiene sanitaria que se llevan a cabo en la bodega. Tendremos que romper el tabú de no hablar de temas como la limpieza o la seguridad y hacerlo abiertamente para venderlo como un valor añadido, porque el cliente va a poner la lupa en ello.

 

3. ADAPTACIÓN DE PRODUCTOS Y SERVICIOS ENOTURÍSTICOS
  • Será necesario adaptar nuestros productos enoturísticos y servicios complementarios (restaurante, tienda, etc..) a la situación actual . En este momento, consideramos esencial abordar los siguientes ámbitos:
    • Crear más actividades y experiencias centradas en el viñedo y al aire libre: después de muchos años con el discurso centrado en la bodega, llega el momento de poner en valor el viñedo como espacio de ocio y disfrute. Tras un largo periodo de confinamiento, estamos convencidos que la demanda dará mayor valor las experiencias en espacios abiertos, que permitan disfrutar de la naturaleza de forma activa, realizar actividades de salud y bienestar o expresarse de forma artística.
    • Atender grupos más reducidos, ya que es muy probable que tengamos que limitar el aforo e incluso disponer de varios turnos de visitas, especialmente aquellos días de mayor afluencia (festivos y fines de semana).
    • Será fundamental respetar una distancia mínima de seguridad y evitar aglomeraciones, cuidando los espacios de recepción de visitantes y la zonas de espera.
    • Servir el aperitivo en raciones individuales en lugar de en platos compartidos.
    • Mayor personalización: es probable que muchos visitantes huyan de grandes grupos y quieran disfrutar de su experiencia enoturística de forma privada o semi-privada, por lo que tendremos que mejorar nuestra capacidad de personalizar la experiencia del visitante. Las bodegas tendrán que adaptarse en mayor medida a las necesidades de los grupos, ofreciendo una mayor flexibilidad de horarios, duración e incluso del contenido de sus visitas y servicios. Indudablemente, se traducirá en una mayor satisfacción y mejores ventas en tienda, pero el esfuerzo también va a ser mayor.

 

4. HIGIENE, LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN
  • Más higiene en todo el proceso de prestación del servicio (especialmente en la degustación): tal y como hemos explicado previamente, las medidas de higiene no sólo será necesario implantarlas, sino también transmitirlas al cliente antes y durante su visita. Además de limpiar y desinfectar con mayor frecuencia las áreas turísticas, deberá percibirse en todo momento que la bodega cumple con estrictos estándares de higiene y seguridad sanitaria, tanto en los procesos de elaboración del vino como en su faceta enoturística.
  • Lavar y desinfectar las copas a alta temperatura (más de 80ºC), así como los manteles, servilletas y uniformes de trabajo (a más de 60ºC)
  • Asimismo, será necesario desinfectar constantemente mostradores, pomos, teléfonos, datáfonos o cualquier superficie o utensilio que pueda ser transmisor del virus.

 

5. ADECUACIÓN DE ESPACIOS
  • Será preciso adecuar los espacios de la bodega al escenario COVID-19 creando unas condiciones más seguras:
    • Limitar el aforo de las salas y espacios de degustación y asegurar una mayor separación en las zonas de parada de la visita, en los espacios de recepción y proyección de audiovisuales.
    • Más espacios de degustación al aire libre: disponer de espacios cuidados al aire libre como jardines, terrazas o zonas de picnic y degustación al aire libre será un factor diferencial. Además de ser una medida que reduce las posibilidades de contagio, querremos sentirnos libres y disfrutar del entorno, por lo que cuanto más tiempo pasemos al aire libre, mejor.
    • También deberemos disponer de todos los elementos necesarios para ofrecer un servicio seguro, por ejemplo, la instalación de máquinas dispensadoras de geles desinfectantes en diferentes puntos, utilizar guantes en la manipulación de alimentos y otros métodos de protección individual.

 

6. SOSTENIBILIDAD Y RELACIÓN CON EL ENTORNO PRÓXIMO
  • En caso de ofrecer algún tipo de experiencia gastronómica o disponer de servicio de restauración, será recomendable potenciar la imagen del producto de proximidad para reforzar la idea que nuestra bodega trabaja con proveedores locales, reduciendo así al mínimo la manipulación del producto y el impacto ambiental de su transporte. Al mismo tiempo, esto nos permitirá reforzar la colaboración con el tejido empresarial de alrededor de la bodega y ser más sostenibles.
  • En este sentido, también será interesante contar con otros productos locales en la tienda de la bodega que complementen nuestro producto, tales como quesos, aceites, artesanía, etc. Ahora más que nunca, es el momento de ser más cooperativos con nuestro territorio, apoyando y recomendando otras bodegas y empresas y productos de la zona al visitante. De la misma forma, es recomendable disponer de folletos y soportes promocionales de otras empresas y recursos de la zona con el objetivo de hacer destino y marca territorio.

 

7. PRECIOS
  • Sin turismo internacional a corto plazo, será necesario mantener cierta moderación en los precios de venta e incluso aplicar alguna reducción/rebaja, ya que es muy probable que la capacidad de gasto de las familias españolas disminuya como consecuencia de la crisis y el desempleo. Será el momento de recuperar la confianza del visitante, dotando de un mayor valor añadido a nuestro producto enoturístico por un importe asequible, o bien ofreciendo descuentos u otros beneficios a determinados colectivos (por ejemplo a sanitarios, familias numerosas, niños, personas jubiladas o en paro). En cualquier caso, la modificación de nuestra política de precios debe ser una decisión estratégica fruto de la reflexión que dependerá tanto del tipo de producto, como del posicionamiento de nuestra marca y de la estrategia que cada empresa quiera seguir. Asimismo, deberemos considerar otras variables como la elasticidad-precio de nuestra demanda (no todos los segmentos son igual de sensibles al factor precio) y un exhaustivo estudio de costes (sin olvidar la visión a largo plazo), ya que después puede ser complicado volver a aumentar los precios.

 

8. PROMOCIÓN
  • Será necesario desarrollar campañas de promoción mucho más cercanas e imaginativas. El sector turístico va a tornarse todavía más competitivo si cabe, ya que debido a las restricciones de movilidad, la demanda va a ser mucho más reducida. Todo España mira ahora a los mismos mercados emisores. No obstante, también va a ser un momento decisivo para el enoturismo, ya que únicamente podrán seguir recibiendo visitantes las bodegas que cuenten con una apuesta decidida por el enoturismo, habiendo adaptado las instalaciones y preparado los espacios para acoger visitantes de forma profesional. Todas aquellas bodegas que no cuenten con una oferta profesional de enoturismo dejarán de recibir visitantes, ya que estos serán mucho más selectivos a la hora de elegir qué bodega visitan y habrá poco margen para la «improvisación viajera» que tanto nos gustaba.
  • Un menor volumen de viajeros no tiene por qué ser algo negativo si sabemos cómo rentabilizar al máximo cada visita. A veces, menos es más, y recibir un menor flujo de visitantes nos dará la oportunidad de construir una relación más duradera con nuestros visitantes, dándoles una  mejor atención y estableciendo vínculos a largo plazo. Los que nos conocéis sabéis que decimos en repetidas ocasiones que un cliente de enoturismo puede ser un cliente de vino para toda la vida, y trabajamos para que las visitas se conviertan en canal de venta de vino a largo plazo. Además, tendrá muchas más probabilidades de recomendar nuestra bodega (y nuestros vinos) a sus amigos y familiares.

 

Y con todas estas restricciones y recomendaciones, seguiremos recibiendo a nuestros visitantes con la mejor de las sonrisas, haciéndoles sentir como en casa, a pesar de las medidas de higiene y seguridad que se van a empezar a instaurar en nuestras conductas. Es un momento complicado, para todos, pero el turismo es el negocio de la felicidad, la gente quiere vivir buenos momentos. Tendremos que pensar cómo aportar esas dosis de cercanía, autenticidad, diversión y optimismo con las limitaciones actuales.

Y además debemos estar muy atentos a todas las recomendaciones sanitarias que nos van a dar las autoridades. A día de hoy no conocemos el escenario, pero estamos convencidos de que el 99% de lo que os recomendamos será aplicable al nuevo escenario post-COVID19.

Si te ha gustado el post te animamos a compartirlo. Si te has quedado con ganas de más, decirte que contamos con amplio abanico de webinars y seminarios online que impartimos tanto de manera directa como con Wine Tourism School. Solicítanos más información.

22 abril, 2020

Pautas para reactivar el enoturismo en las bodegas tras el coronavirus

Tras varios años experimentando un importante crecimiento en el número de visitantes recibidos en bodegas -así lo confirman las últimas cifras arrojadas por el Observatorio Turístico de RVE y el Monitor de la DOCa Rioja-, nos hemos llevado un importante jarro de agua fría con la crisis del COVID-19. El área de enoturismo de las bodegas, como prácticamente todas las actividades turísticas, se ha visto obligado a cerrar las puertas a causa de la expansión del coronavirus.

Y esta cuestión tiene unos efectos devastadores para las bodegas con actividad turística. No sólo se han suspendido los ingresos derivados de las visitas, experiencias, reuniones, convenciones, incentivos, etc., sino que también ha supuesto una importante caída en las ventas directas de vino -el que compran los propios visitantes en la tienda -, especialmente destacable en aquellas bodegas que venden un volumen importante de vino a través del enoturismo. A todo ello se suma el desplome de las ventas en el canal Horeca, uno de los principales canales de distribución del vino, afectado por el cierre de la hostelería y una caída muy importante de la actividad exportadora.

A pesar de la situación tan complicada que está atravesando el sector, y el país en general, algunas bodegas están demostrando una enorme capacidad de adaptación y resiliencia, reaccionando rápido ante la nueva situación y tomando medidas para adaptarse al nuevo entorno. Unas cuantas, las que contaban con recursos tecnológicos para ello, han optado por abrir sus puertas a los visitantes de forma virtual, ofreciendo la posibilidad de recorrer viñedos, calados y salas de barricas a través de un tour virtual. Otras, han optado por realizar catas en streaming, talleres de distintas temáticas o directos a través de las redes sociales. También hemos podido ver muchas otras iniciativas, algunas de carácter formativo, como cursos online dirigidos a entusiastas y aficionados al mundo del vino; y otras tantas de carácter solidario, que están mostrando el lado más generoso del sector vitivinícola.

En cualquier caso, el disfrute del vino en plena pandemia del COVID-19 se ha visto reducido a un solo espacio de consumo: el hogar. Como consecuencia de ello, la venta online y el consumo de vino en el hogar han aumentado considerablemente en las últimas semanas. No es de extrañar, por tanto, que la mayor parte de las bodegas hayan optado por habilitar o reforzar sus canales de venta online, ofreciendo descuentos especiales y facilidades como el envío gratuito a domicilio.  

A raíz de las conversaciones mantenidas en estas fechas con muchos clientes, bodegueros, responsables de Enoturismo y amigos del sector, hemos decidido publicar esta entrada en nuestro blog para poner nuestro granito de arena en estos momentos de incertidumbre. Creemos que estamos en un momento de la verdad y es hora de remar todos en la misma dirección.

Os dejamos una serie de recomendaciones que esperamos sean de utilidad para todas las bodegas y destinos enoturísticos.

 

PAUTAS PARA REACTIVAR EL ENOTURISMO POST-CORONAVIRUS

 

1. REFORMULAR LA ESTRATEGIA DE ENOTURISMO
  • En primer lugar, es fundamental que aprovechemos este paréntesis en la actividad para reformular la estrategia enoturística de la bodega. Muchos de los nuevos proyectos y planes de enoturismo de bodegas han cogido más fuerza en este momento por el parón de la actividad. Pero también porque muchas bodegas y destinos están mirando más allá de la propia crisis del COVID-19. Según los expertos, hasta que llegue la vacuna es muy probable que tengamos que aprender a convivir con ciertas restricciones y también es evidente que se producirán cambios en la forma de viajar. El escenario en el que nos encontramos es muy distinto y si queremos sobrevivir, deberemos adaptar nuestros servicios, instalaciones y procesos a las nuevas circunstancias. Y también será necesario revisar la estrategia enoturística que llevábamos a efecto, será necesario redefinir los objetivos, optimizar los recursos humanos y materiales, revisar la oferta de productos y servicios, definir una nueva política de precios, promoción, etc.
  • Para llevar a cabo esta reformulación habrá que tener en cuenta los recursos disponibles (no sólo económicos sino también humanos), ya que es posible que se hayan visto reducidos. La creatividad y la capacidad de innovación será un importante valor para hacer frente a esta nueva situación, y en este sentido, las bodegas y destinos que consigan retener el talento van a contar con una importante ventaja competitiva.

 

2. GESTIONAR CORRECTAMENTE LA COMUNICACIÓN 
  • Primero, recordando que no hemos dejado de existir, manteniendo un vínculo con nuestros clientes.
  • Después, cuando las autoridades lo permitan, informando que ya estamos abiertos y que cumplimos con garantías de seguridad e higiene sanitaria.  
  • Más adelante, cuando la situación se acerque a la normalidad que todos esperamos, creando argumentos importantes para visitarnos. En este nuevo contexto, será fundamental:
    • Centrar nuestros esfuerzos en la demanda turística nacional y especialmente en los mercados de proximidad, ya que probablemente los primeros viajes sean desplazamientos cortos a destinos cercanos. No obstante, no debemos olvidar al turista internacional, que tarde o temprano volverá. Y también hay que ir generándole confianza para que venga o vuelva a España.
    • Transmitir una imagen de seguridad, informando de las medidas de higiene sanitaria que se llevan a cabo en la bodega. Tendremos que romper el tabú de no hablar de temas como la limpieza o la seguridad y hacerlo abiertamente para venderlo como un valor añadido, porque el cliente va a poner la lupa en ello.

 

3. ADAPTACIÓN DE PRODUCTOS Y SERVICIOS ENOTURÍSTICOS
  • Será necesario adaptar nuestros productos enoturísticos y servicios complementarios (restaurante, tienda, etc..) a la situación actual . En este momento, consideramos esencial abordar los siguientes ámbitos:
    • Crear más actividades y experiencias centradas en el viñedo y al aire libre: después de muchos años con el discurso centrado en la bodega, llega el momento de poner en valor el viñedo como espacio de ocio y disfrute. Tras un largo periodo de confinamiento, estamos convencidos que la demanda dará mayor valor las experiencias en espacios abiertos, que permitan disfrutar de la naturaleza de forma activa, realizar actividades de salud y bienestar o expresarse de forma artística.
    • Atender grupos más reducidos, ya que es muy probable que tengamos que limitar el aforo e incluso disponer de varios turnos de visitas, especialmente aquellos días de mayor afluencia (festivos y fines de semana).
    • Será fundamental respetar una distancia mínima de seguridad y evitar aglomeraciones, cuidando los espacios de recepción de visitantes y la zonas de espera.
    • Servir el aperitivo en raciones individuales en lugar de en platos compartidos.
    • Mayor personalización: es probable que muchos visitantes huyan de grandes grupos y quieran disfrutar de su experiencia enoturística de forma privada o semi-privada, por lo que tendremos que mejorar nuestra capacidad de personalizar la experiencia del visitante. Las bodegas tendrán que adaptarse en mayor medida a las necesidades de los grupos, ofreciendo una mayor flexibilidad de horarios, duración e incluso del contenido de sus visitas y servicios. Indudablemente, se traducirá en una mayor satisfacción y mejores ventas en tienda, pero el esfuerzo también va a ser mayor.

 

4. HIGIENE, LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN
  • Más higiene en todo el proceso de prestación del servicio (especialmente en la degustación): tal y como hemos explicado previamente, las medidas de higiene no sólo será necesario implantarlas, sino también transmitirlas al cliente antes y durante su visita. Además de limpiar y desinfectar con mayor frecuencia las áreas turísticas, deberá percibirse en todo momento que la bodega cumple con estrictos estándares de higiene y seguridad sanitaria, tanto en los procesos de elaboración del vino como en su faceta enoturística.
  • Lavar y desinfectar las copas a alta temperatura (más de 80ºC), así como los manteles, servilletas y uniformes de trabajo (a más de 60ºC)
  • Asimismo, será necesario desinfectar constantemente mostradores, pomos, teléfonos, datáfonos o cualquier superficie o utensilio que pueda ser transmisor del virus.

 

5. ADECUACIÓN DE ESPACIOS
  • Será preciso adecuar los espacios de la bodega al escenario COVID-19 creando unas condiciones más seguras:
    • Limitar el aforo de las salas y espacios de degustación y asegurar una mayor separación en las zonas de parada de la visita, en los espacios de recepción y proyección de audiovisuales.
    • Más espacios de degustación al aire libre: disponer de espacios cuidados al aire libre como jardines, terrazas o zonas de picnic y degustación al aire libre será un factor diferencial. Además de ser una medida que reduce las posibilidades de contagio, querremos sentirnos libres y disfrutar del entorno, por lo que cuanto más tiempo pasemos al aire libre, mejor.
    • También deberemos disponer de todos los elementos necesarios para ofrecer un servicio seguro, por ejemplo, la instalación de máquinas dispensadoras de geles desinfectantes en diferentes puntos, utilizar guantes en la manipulación de alimentos y otros métodos de protección individual.

 

6. SOSTENIBILIDAD Y RELACIÓN CON EL ENTORNO PRÓXIMO
  • En caso de ofrecer algún tipo de experiencia gastronómica o disponer de servicio de restauración, será recomendable potenciar la imagen del producto de proximidad para reforzar la idea que nuestra bodega trabaja con proveedores locales, reduciendo así al mínimo la manipulación del producto y el impacto ambiental de su transporte. Al mismo tiempo, esto nos permitirá reforzar la colaboración con el tejido empresarial de alrededor de la bodega y ser más sostenibles.
  • En este sentido, también será interesante contar con otros productos locales en la tienda de la bodega que complementen nuestro producto, tales como quesos, aceites, artesanía, etc. Ahora más que nunca, es el momento de ser más cooperativos con nuestro territorio, apoyando y recomendando otras bodegas y empresas y productos de la zona al visitante. De la misma forma, es recomendable disponer de folletos y soportes promocionales de otras empresas y recursos de la zona con el objetivo de hacer destino y marca territorio.

 

7. PRECIOS
  • Sin turismo internacional a corto plazo, será necesario mantener cierta moderación en los precios de venta e incluso aplicar alguna reducción/rebaja, ya que es muy probable que la capacidad de gasto de las familias españolas disminuya como consecuencia de la crisis y el desempleo. Será el momento de recuperar la confianza del visitante, dotando de un mayor valor añadido a nuestro producto enoturístico por un importe asequible, o bien ofreciendo descuentos u otros beneficios a determinados colectivos (por ejemplo a sanitarios, familias numerosas, niños, personas jubiladas o en paro). En cualquier caso, la modificación de nuestra política de precios debe ser una decisión estratégica fruto de la reflexión que dependerá tanto del tipo de producto, como del posicionamiento de nuestra marca y de la estrategia que cada empresa quiera seguir. Asimismo, deberemos considerar otras variables como la elasticidad-precio de nuestra demanda (no todos los segmentos son igual de sensibles al factor precio) y un exhaustivo estudio de costes (sin olvidar la visión a largo plazo), ya que después puede ser complicado volver a aumentar los precios.

 

8. PROMOCIÓN
  • Será necesario desarrollar campañas de promoción mucho más cercanas e imaginativas. El sector turístico va a tornarse todavía más competitivo si cabe, ya que debido a las restricciones de movilidad, la demanda va a ser mucho más reducida. Todo España mira ahora a los mismos mercados emisores. No obstante, también va a ser un momento decisivo para el enoturismo, ya que únicamente podrán seguir recibiendo visitantes las bodegas que cuenten con una apuesta decidida por el enoturismo, habiendo adaptado las instalaciones y preparado los espacios para acoger visitantes de forma profesional. Todas aquellas bodegas que no cuenten con una oferta profesional de enoturismo dejarán de recibir visitantes, ya que estos serán mucho más selectivos a la hora de elegir qué bodega visitan y habrá poco margen para la «improvisación viajera» que tanto nos gustaba.
  • Un menor volumen de viajeros no tiene por qué ser algo negativo si sabemos cómo rentabilizar al máximo cada visita. A veces, menos es más, y recibir un menor flujo de visitantes nos dará la oportunidad de construir una relación más duradera con nuestros visitantes, dándoles una  mejor atención y estableciendo vínculos a largo plazo. Los que nos conocéis sabéis que decimos en repetidas ocasiones que un cliente de enoturismo puede ser un cliente de vino para toda la vida, y trabajamos para que las visitas se conviertan en canal de venta de vino a largo plazo. Además, tendrá muchas más probabilidades de recomendar nuestra bodega (y nuestros vinos) a sus amigos y familiares.

 

Y con todas estas restricciones y recomendaciones, seguiremos recibiendo a nuestros visitantes con la mejor de las sonrisas, haciéndoles sentir como en casa, a pesar de las medidas de higiene y seguridad que se van a empezar a instaurar en nuestras conductas. Es un momento complicado, para todos, pero el turismo es el negocio de la felicidad, la gente quiere vivir buenos momentos. Tendremos que pensar cómo aportar esas dosis de cercanía, autenticidad, diversión y optimismo con las limitaciones actuales.

Y además debemos estar muy atentos a todas las recomendaciones sanitarias que nos van a dar las autoridades. A día de hoy no conocemos el escenario, pero estamos convencidos de que el 99% de lo que os recomendamos será aplicable al nuevo escenario post-COVID19.

Si te ha gustado el post te animamos a compartirlo. Si te has quedado con ganas de más, decirte que contamos con amplio abanico de webinars y seminarios online que impartimos tanto de manera directa como con Wine Tourism School. Solicítanos más información.