12 marzo, 2021

Mejorar la oferta gastronómica de las bodegas

Es indudable que hoy en día la gastronomía se ha convertido en un factor de competitividad para los destinos turísticos. Son numerosos los estudios que ponen de manifiesto el papel fundamental que juega la gastronomía en la elección del destino y en la experiencia del viajero, siendo además uno de los aspectos más valorados por los turistas que visitan nuestro país año tras año.   En el caso de los destinos enoturísticos, la relación entre vino, turismo y gastronomía cobra todavía más relevancia, y es que el buen vino no puede concebirse sin una propuesta gastronómica alrededor. En palabras de Rafael Ansón: “Uno de los grandes errores que han cometido las bodegas y los escritores es tratar de situar el vino como un mundo independiente al margen de la gastronomía», «Tratar de aislar el vino de la gastronomía como si tuviera entidad propia, está contribuyendo a que, por ejemplo, en España, cada vez se consuma menos vino”.

De hecho, si hablamos con propiedad, el vino, como alimento que es, forma parte de la gastronomía. Por tanto, sería erróneo hablar de gastronomía y vino como si fueran dos mundos diferentes. Entonces, ¿por qué hablamos de enoturismo y turismo gastronómico como si fueran cosas distintas? La respuesta es sencilla: el enoturismo, como tipología turística, ha cobrado entidad propia alcanzando un grado de madurez como producto turístico que otros recursos gastronómicos todavía no han logrado. De hecho, en Dinamiza solemos decir que el enoturismo es el «hermano mayor» del turismo gastronómico, ya que almazaras, queserías, conserveras, secaderos de jamón y otras industrias agroalimentarias, siguen el camino ya recorrido por las bodegas, y están empezando a abrir sus puertas al turismo conscientes de los beneficios que esto les genera. Aunque, también hemos de decir, que su recorrido no puede ser el mismo, aunque esto sería objeto de otra entrada o artículo.

La gastronomía nos ofrece la oportunidad de añadir un extraordinario valor a nuestra propuesta enoturística

Volviendo al tema que nos ocupa, en cierto modo, los destinos enoturísticos están obligados a contar con una oferta gastronómica que esté a la altura de sus vinos y de su propuesta enoturística. Y además, mejoran ostensiblemente la experiencia del viajero. Creo que todos nosotros hemos vivido en alguna ocasión una visita a bodegas en la que hemos degustado buenos o excelentes vinos, pero sin ningún alimento. Y esto no hay cuerpo que lo aguante. Nunca hemos de olvidar que la propuesta debe satisfacer plenamente al cliente.

En cualquier ruta del vino y destino enológico,  el viajero espera disfrutar de una oferta gastronómica acorde a la calidad de los vinos,   por lo que estamos obligados a dar respuesta a sus expectativas. Conscientes de ello, el Consejo Regulador de la DOCa Rioja nos ha planteado el reto de mejorar la oferta gastronómica en las bodegas de la Denominación mediante la realización de Plan de Enoturismo Gastronómico 360º.

Con este proyecto se pretende crear nuevas propuestas y experiencias gastronómicas en las bodegas riojanas y mejorar las ya existentes, apostando en mayor medida por los productos locales y de calidad certificada (DO, IGP…), mejorando la oferta gastronómica, el diseño de cartas, la presencia de los productos en mesa, etc.  Todo ello permitirá enriquecer la experiencia del descubrimiento del vino en Rioja, presentar el vino a los visitantes a través de su interés por la comida (y viceversa) y fomentar un marketing mucho más colaborativo. Se están trabajando los distintos ámbitos de la oferta gastronómica en las bodegas, desde la visita hasta los eventos enogastronómicos.

El Plan de Enoturismo Gastronómico 360º de la DOCa Rioja pretende conseguir, entre otras cuestiones:

  • Crear una nueva propuesta de valor en las bodegas basada en la gastronomía de la región.
  • Ser más competitivos y diferenciarse de otros destinos enoturísticos a través de la gastronomía, uno de los atributos de la DOCa Rioja más valorados por los turistas.
  • Ofrecer un mayor valor añadido al visitante y mejorar su grado de satisfacción, fomentando un mayor gasto medio por visitante en las bodegas.
  • Atraer un mayor número de visitantes durante todo el año a través de propuestas gastronómicas, reduciendo la estacionalidad de la actividad enoturística.
  • Fidelizar en mayor medida al visitante.
  • Ser más sostenibles como bodega y como destino turístico, fomentando y apoyando la cultura gastronómica local y colaborando con la hostelería del entorno.
  • Apostar por la excelencia turística en todas sus dimensiones, perfeccionando todos los elementos que conforman la oferta enoturística.

Para ello, se llevarán a cabo diferentes talleres de trabajo con responsables de enoturismo y gastronomía de las bodegas para incidir en la mejora de su oferta gastronómica y se elaborará un catálogo de gastronomía en las bodegas de la DOCa Rioja, donde se incluirán todas las bodegas que oferten propuestas gastronómicas de valor.

12 marzo, 2021

Mejorar la oferta gastronómica de las bodegas

Es indudable que hoy en día la gastronomía se ha convertido en un factor de competitividad para los destinos turísticos. Son numerosos los estudios que ponen de manifiesto el papel fundamental que juega la gastronomía en la elección del destino y en la experiencia del viajero, siendo además uno de los aspectos más valorados por los turistas que visitan nuestro país año tras año.   En el caso de los destinos enoturísticos, la relación entre vino, turismo y gastronomía cobra todavía más relevancia, y es que el buen vino no puede concebirse sin una propuesta gastronómica alrededor. En palabras de Rafael Ansón: “Uno de los grandes errores que han cometido las bodegas y los escritores es tratar de situar el vino como un mundo independiente al margen de la gastronomía», «Tratar de aislar el vino de la gastronomía como si tuviera entidad propia, está contribuyendo a que, por ejemplo, en España, cada vez se consuma menos vino”.

De hecho, si hablamos con propiedad, el vino, como alimento que es, forma parte de la gastronomía. Por tanto, sería erróneo hablar de gastronomía y vino como si fueran dos mundos diferentes. Entonces, ¿por qué hablamos de enoturismo y turismo gastronómico como si fueran cosas distintas? La respuesta es sencilla: el enoturismo, como tipología turística, ha cobrado entidad propia alcanzando un grado de madurez como producto turístico que otros recursos gastronómicos todavía no han logrado. De hecho, en Dinamiza solemos decir que el enoturismo es el «hermano mayor» del turismo gastronómico, ya que almazaras, queserías, conserveras, secaderos de jamón y otras industrias agroalimentarias, siguen el camino ya recorrido por las bodegas, y están empezando a abrir sus puertas al turismo conscientes de los beneficios que esto les genera. Aunque, también hemos de decir, que su recorrido no puede ser el mismo, aunque esto sería objeto de otra entrada o artículo.

La gastronomía nos ofrece la oportunidad de añadir un extraordinario valor a nuestra propuesta enoturística

Volviendo al tema que nos ocupa, en cierto modo, los destinos enoturísticos están obligados a contar con una oferta gastronómica que esté a la altura de sus vinos y de su propuesta enoturística. Y además, mejoran ostensiblemente la experiencia del viajero. Creo que todos nosotros hemos vivido en alguna ocasión una visita a bodegas en la que hemos degustado buenos o excelentes vinos, pero sin ningún alimento. Y esto no hay cuerpo que lo aguante. Nunca hemos de olvidar que la propuesta debe satisfacer plenamente al cliente.

En cualquier ruta del vino y destino enológico,  el viajero espera disfrutar de una oferta gastronómica acorde a la calidad de los vinos,   por lo que estamos obligados a dar respuesta a sus expectativas. Conscientes de ello, el Consejo Regulador de la DOCa Rioja nos ha planteado el reto de mejorar la oferta gastronómica en las bodegas de la Denominación mediante la realización de Plan de Enoturismo Gastronómico 360º.

Con este proyecto se pretende crear nuevas propuestas y experiencias gastronómicas en las bodegas riojanas y mejorar las ya existentes, apostando en mayor medida por los productos locales y de calidad certificada (DO, IGP…), mejorando la oferta gastronómica, el diseño de cartas, la presencia de los productos en mesa, etc.  Todo ello permitirá enriquecer la experiencia del descubrimiento del vino en Rioja, presentar el vino a los visitantes a través de su interés por la comida (y viceversa) y fomentar un marketing mucho más colaborativo. Se están trabajando los distintos ámbitos de la oferta gastronómica en las bodegas, desde la visita hasta los eventos enogastronómicos.

El Plan de Enoturismo Gastronómico 360º de la DOCa Rioja pretende conseguir, entre otras cuestiones:

  • Crear una nueva propuesta de valor en las bodegas basada en la gastronomía de la región.
  • Ser más competitivos y diferenciarse de otros destinos enoturísticos a través de la gastronomía, uno de los atributos de la DOCa Rioja más valorados por los turistas.
  • Ofrecer un mayor valor añadido al visitante y mejorar su grado de satisfacción, fomentando un mayor gasto medio por visitante en las bodegas.
  • Atraer un mayor número de visitantes durante todo el año a través de propuestas gastronómicas, reduciendo la estacionalidad de la actividad enoturística.
  • Fidelizar en mayor medida al visitante.
  • Ser más sostenibles como bodega y como destino turístico, fomentando y apoyando la cultura gastronómica local y colaborando con la hostelería del entorno.
  • Apostar por la excelencia turística en todas sus dimensiones, perfeccionando todos los elementos que conforman la oferta enoturística.

Para ello, se llevarán a cabo diferentes talleres de trabajo con responsables de enoturismo y gastronomía de las bodegas para incidir en la mejora de su oferta gastronómica y se elaborará un catálogo de gastronomía en las bodegas de la DOCa Rioja, donde se incluirán todas las bodegas que oferten propuestas gastronómicas de valor.