Con carácter general, muchos destinos turísticos tienen una asignatura pendiente en relación a la adaptación de sus servicios de información turística conforme a las nuevas demandas del mercado turístico. En pleno siglo XXI es necesario dar un giro al concepto tradicional de oficina de turismo para convertirla en un verdaderos centros de información online, promoción y comercialización de destinos, activas , capaces de intervenir durante todas las fases del viaje: inspiración, organización, realización y difusión a través de las redes sociales. Así lo conceptualiza también la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (SEGITTUR) en el proyecto Destinos Turísticos Inteligentes impulsado por la Secretaría de Estado de Turismo.
Si una gran parte de la información turística hoy en día gira en torno a la utilización de las nuevas tecnologías y las redes sociales, es lógico que los servicios de información no se caractericen por ser exclusivamente presenciales sino que tengan en cuenta los canales donde busca la información el viajero y dónde podemos ofrecérsela. Por tanto, los equipos, los sistemas y los tiempos de trabajo deben ajustarse en relación al nuevo modelo.
Por otra parte, si hablamos de espacios físicos, las oficinas de turismo deberían caracterizarse por ofrecer un entorno mucho más abierto, atractivo y persuasivo, donde el turista recibe asesoramiento personal al mismo tiempo que se pone a su disposición el uso de nuevas tecnologías para entrar en contacto con el territorio (pantallas táctiles, apps turísticas del destino, reservas de servicios…). Se trata de dotar a la definición tradicional de oficina de información turística de un diseño más actual e innovador tanto en lo referido a contenidos y servicios como en el propio espacio físico y en su presencia online, de modo que se traduzca en un mayor poder de atracción del visitante al destino antes, durante y después del viaje.
De esta forma, los destinos que hoy en día quieren ser competitivos desde la perspectiva turística, deben buscar que sus servicios de información turística se ajusten en mayor medida a las necesidades del visitante y a su comportamiento real, satisfaciendo no sólo sus necesidades de información relacionadas con la oferta de turística, de ocio y cultura del destino, sino también facilitando la adquisición de entradas a los principales espacios y recursos turísticos en el destino, así como otras serie de necesidades frecuentes en el viajero actual directamente relacionadas con la propia actividad turística (recarga de baterías móviles, descarga de fotos, área de descanso, comunicación, etc.). Todos hemos escuchado y a buen seguro seguiremos escuchando que las oficinas de turismo no están para vender, y es cierto, no es el objetivo último. Sin embargo, el turista de hoy demanda más servicio que debe proporcionarse desde las propias oficinas y si no, estaremos perdiendo oportunidades.
Es evidente que existen nuevas necesidades en los servicios de información turística de los destinos, que pasan por la propia información que se suministra, cuándo y dónde se proporciona, la definición de nuevos contenidos y servicios a disposición del público, el rediseño de los espacios físicos y online, la instalación de recursos técnicos y estéticos que ayuden a vender el destino, etc. Para dar respuesta a este nuevo concepto, las nuevas tecnologías (redes sociales, aplicaciones móviles, recursos geolocalizados, acceso a dispositivos con información digitalizada, sistemas de reservas, etc.) se han convertido en la plataforma imprescindible a partir de la cual redefinir los servicios de información turística. Estamos obligados a aprovechar al máximo el potencial de la tecnología y a orientar nuestros esfuerzos en las acciones que pueden proporcionar mayor retorno al destino turístico.
Otra cuestión importante, y un problema habitual para la Administración Pública en muchos destinos, es cómo rentabilizar los servicios de información turística. En este sentido, pueden plantearse dos posibles vías: la venta de servicios turísticos y el desarrollo de un merchandising atractivo del destino que nos permita generar ingresos que luego, por ejemplo, pueden ser revertidos en la promoción del propio destino turístico.
Por último plantear que, además del componente tecnológico, consideramos que los servicios de información turística del s. XXI deben apostar ante todo por poner en valor todos los recursos turísticos del destino, ser accesibles para todos, facilitar la interacción e integración del visitante con el entorno, incrementar la calidad de su experiencia en el destino y fomentar el desarrollo sostenible.
Hemos intentado mostraros nuestra visión sobre las oficinas de turismo del futuro (o más bien ya del presente) ¿Cómo veis vosotros las Oficinas de Turismo del siglo XXI o del XXII?
Con carácter general, muchos destinos turísticos tienen una asignatura pendiente en relación a la adaptación de sus servicios de información turística conforme a las nuevas demandas del mercado turístico. En pleno siglo XXI es necesario dar un giro al concepto tradicional de oficina de turismo para convertirla en un verdaderos centros de información online, promoción y comercialización de destinos, activas , capaces de intervenir durante todas las fases del viaje: inspiración, organización, realización y difusión a través de las redes sociales. Así lo conceptualiza también la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (SEGITTUR) en el proyecto Destinos Turísticos Inteligentes impulsado por la Secretaría de Estado de Turismo.
Si una gran parte de la información turística hoy en día gira en torno a la utilización de las nuevas tecnologías y las redes sociales, es lógico que los servicios de información no se caractericen por ser exclusivamente presenciales sino que tengan en cuenta los canales donde busca la información el viajero y dónde podemos ofrecérsela. Por tanto, los equipos, los sistemas y los tiempos de trabajo deben ajustarse en relación al nuevo modelo.
Por otra parte, si hablamos de espacios físicos, las oficinas de turismo deberían caracterizarse por ofrecer un entorno mucho más abierto, atractivo y persuasivo, donde el turista recibe asesoramiento personal al mismo tiempo que se pone a su disposición el uso de nuevas tecnologías para entrar en contacto con el territorio (pantallas táctiles, apps turísticas del destino, reservas de servicios…). Se trata de dotar a la definición tradicional de oficina de información turística de un diseño más actual e innovador tanto en lo referido a contenidos y servicios como en el propio espacio físico y en su presencia online, de modo que se traduzca en un mayor poder de atracción del visitante al destino antes, durante y después del viaje.
De esta forma, los destinos que hoy en día quieren ser competitivos desde la perspectiva turística, deben buscar que sus servicios de información turística se ajusten en mayor medida a las necesidades del visitante y a su comportamiento real, satisfaciendo no sólo sus necesidades de información relacionadas con la oferta de turística, de ocio y cultura del destino, sino también facilitando la adquisición de entradas a los principales espacios y recursos turísticos en el destino, así como otras serie de necesidades frecuentes en el viajero actual directamente relacionadas con la propia actividad turística (recarga de baterías móviles, descarga de fotos, área de descanso, comunicación, etc.). Todos hemos escuchado y a buen seguro seguiremos escuchando que las oficinas de turismo no están para vender, y es cierto, no es el objetivo último. Sin embargo, el turista de hoy demanda más servicio que debe proporcionarse desde las propias oficinas y si no, estaremos perdiendo oportunidades.
Es evidente que existen nuevas necesidades en los servicios de información turística de los destinos, que pasan por la propia información que se suministra, cuándo y dónde se proporciona, la definición de nuevos contenidos y servicios a disposición del público, el rediseño de los espacios físicos y online, la instalación de recursos técnicos y estéticos que ayuden a vender el destino, etc. Para dar respuesta a este nuevo concepto, las nuevas tecnologías (redes sociales, aplicaciones móviles, recursos geolocalizados, acceso a dispositivos con información digitalizada, sistemas de reservas, etc.) se han convertido en la plataforma imprescindible a partir de la cual redefinir los servicios de información turística. Estamos obligados a aprovechar al máximo el potencial de la tecnología y a orientar nuestros esfuerzos en las acciones que pueden proporcionar mayor retorno al destino turístico.
Otra cuestión importante, y un problema habitual para la Administración Pública en muchos destinos, es cómo rentabilizar los servicios de información turística. En este sentido, pueden plantearse dos posibles vías: la venta de servicios turísticos y el desarrollo de un merchandising atractivo del destino que nos permita generar ingresos que luego, por ejemplo, pueden ser revertidos en la promoción del propio destino turístico.
Por último plantear que, además del componente tecnológico, consideramos que los servicios de información turística del s. XXI deben apostar ante todo por poner en valor todos los recursos turísticos del destino, ser accesibles para todos, facilitar la interacción e integración del visitante con el entorno, incrementar la calidad de su experiencia en el destino y fomentar el desarrollo sostenible.
Hemos intentado mostraros nuestra visión sobre las oficinas de turismo del futuro (o más bien ya del presente) ¿Cómo veis vosotros las Oficinas de Turismo del siglo XXI o del XXII?