En un mercado cada vez más competitivo, los productos con distintivos de calidad con características atribuibles al origen, como es el caso de todos los amparados por las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas, se convierten en productos destacados y claramente diferenciados. España cuenta con más de 250 Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) e Indicaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.) que avalan la calidad de nuestro tejido agroalimentario, lo que supone una gran oportunidad de mercado, tanto a nivel nacional como internacional. Ahora bien, ha de producirse una evolución en los Consejos Reguladores.
La gastronomía española también es reconocida a nivel mundial, no sólo por nuestras tapas, elemento que nos diferencia a nivel mundial, ni por nuestros grandes cocineros, sino también por nuestros productos únicos (Jamón ibérico de bellota, azafrán, vino, aceite de oliva virgen, queso, arroces, frutas, carnes, conservas…). España cuenta con un amplio abanico de productos que sintetizan el buen hacer de nuestros sectores primario y secundario y el carácter mediterráneo propio de nuestra tierra. Particularmente, el sector agroalimentario y pesquero siguen siendo una punta de lanza de nuestra economía, en lo que a imagen y promoción de la Marca España se refiere, y nada mejor que contar con productos de calidad única y diferenciada para liderar este proceso, mejorando nuestra competitividad en los mercados y apostando por la innovación e internacionalización.
Los Consejos Reguladores, como entes de gestión de las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas, además de velar por la calidad del producto y certificar el origen del mismo, se encuentran ante una oportunidad única de propiciar un salto cualitativo en lo que a promoción e imagen de marca de sus productos se refiere. Es innegable su labor como garante de calidad en los productos, pero con esta importante función, hoy en día no es suficiente. Es preciso hacer consciente y convencer al consumidor de las características de calidad asociadas al producto y generar la necesidad de que compre productos con vitola de la D.O. / I.G.P. y, a través de ellos, descubra la esencia del territorio del que proceden y el saber hacer de sus gentes.
Los Consejos Reguladores del siglo XXI además de velar por la calidad del producto deben realizar una importante labor de promoción de la marca que representan. Deben hacer consciente al consumidor de la importancia del territorio productor, de los métodos de elaboración del producto y del importante esfuerzo que desempeñan los distintos agentes adscritos a la Denominación de Origen por cumplir los estándares definidos. Tienen por tanto la responsabilidad de propiciar una imagen de marca reconocible, de extraordinaria calidad, una marca que sea apreciada por el consumidor y que que le otorga un valor añadido a los productos, mejorando su posicionamiento en el mercado.
En este sentido una parte de su esfuerzo, de su trabajo y también de su presupuesto debe estar asociado a labores de marketing y promoción. Los Consejos Reguladores de hoy deben elaborar su propio plan de marketing, como una inversión de futuro que permita valorizar su producto y su territorio. Algunos de los conceptos y aspectos clave que deben incluir en sus estrategias de marketing son los siguientes:
- Branding: Sin marca no existe diferenciación. La marca debe representar todos los valores asociados al territorio. al producto, la cultura local y la sociedad a la que representan y esto hay que hacerlo visible y palpable para el consumidor. Los productos con Denominación de Origen e Indicación Geográfica Protegida cuentan con un importante arraigo a la tierra. Constituyen el saber hacer de distintas generaciones que han sabido sacar el mejor partido Son fruto de la selección, del esfuerzo, de la selección de la materia prima y del cumplimiento de unos métodos de trabajo. Como consecuencia de ello se da lugar a producto únicos y genuinos, con características de calidad únicas y auténticas, que dan lugar a texturas, colores y sabores increíbles. Todo ello, hemos de poder transmitirlo en nuestra marca. La vitola de la D.O. / I.G.P. debe expresar todos estos valores.
- Soportes promocionales: Todos los soportes promocionales que se desarrollen deben invitar a la compra del producto. Hoy en día aún vemos soportes anticuados que no ofrecen una imagen atractiva que invite a la compra y al consumo. Tanto esfuerzo productor merece el mejor envoltorio. Los folletos, web, elementos de merchandising, stands promocionales, debe proyectar los valores a la imagen de marca. Esta es la base para poder emprender un proceso integral y cohesionado de marketing y promoción.
- Internet y redes sociales: Internet se erige en un elemento clave para dar a conocer el producto, captar y fidelizar clientes. Esto implica conectar con nuestros públicos objetivo, los cuales cada día pasan más tiempo delante del ordenador y sus dispositivos móviles y debemos entrar en sus vidas de una forma amigable y atractiva, formando parte de su experiencia vital. Debemos apostar por un diseño web atractivo, eficiente, trabajar nuestro posicionamiento SEO y con unos contenidos de calidad que permitan dar visibilidad a nuestros productoes. Las redes sociales pueden ser clave para dar visibilidad a nuestro producto, favorecer las relaciones con los consumidores y transmitirles lo que representa el producto. Generación de contenidos, promociones amigables, recetas, concursos y juegos para empezar a formar parte de sus vidas.
- Eventos: Los eventos en origen y en destino se han convertido en una especial plataforma de promoción del producto. Ahora bien, hay que cuidar la presencia del producto en los mismos y asegurar la calidad en todas las fases del evento, desde su conceptualización hasta la ejecución, generando deseo de compra y consumo del producto.
- Actividad turística. En la medida de lo posible, hay que propiciar que el consumidor se acerque al territorio productor y viva la experiencia de nuestro producto. Los productos saben mucho mejor en el lugar de origen y mucho más si los asociamos a una experiencia vivida en la zona productora. Visitar un bodega o almazara, conocer a sus gentes y descubrir el esfuerzo que supone elaborarlo, degustar los productos en un restaurante local, visitar el museo agroalimentario o participar en un evento en la zona productora, entre otras actividades son clave para generar valor añadido al producto y generar emociones y sensaciones en los consumidores que perduran en el tiempo.
En definitiva, los Consejos Reguladores tienen un tesoro en sus manos: un producto de calidad, único y auténtico, capaz de despertar emociones en el consumidor. Esto ha de ser potenciado como una ventaja competitiva en el mercado transmitiéndole a los consumidores los valores asociados al producto. Para ello se requiere trabajar el envoltorio del producto, desarrollar la faceta promocional o de marketing de la D.O. / I.G.P. Desde DINAMIZA sabemos que no es fácil, y puede dar vértigo emprender este camino, pero el resultado bien vale la pena. Es preciso valorizar nuestra marca y hacer que todos los productores de la zona se sientan orgullosos de estar adscritos al Consejo Regulador y lo que es más importante, provocar el deseo de compra del producto.
No perdamos oportunidades, la tecnología ha abaratado considerablemente el proceso de promoción de las D.O. / I.G.P. y muchas marcas, ha democratizado las labores de promoción, permitiendo que incluso los más pequeños con presupuestos modestos puedan tener una promoción muy cuidada generando extraordinarios resultados. Si quieres saber cómo, no dudes en contactar con nosotros, tenemos una propuesta a la medida de tus necesidades.
En un mercado cada vez más competitivo, los productos con distintivos de calidad con características atribuibles al origen, como es el caso de todos los amparados por las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas, se convierten en productos destacados y claramente diferenciados. España cuenta con más de 250 Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.) e Indicaciones Geográficas Protegidas (I.G.P.) que avalan la calidad de nuestro tejido agroalimentario, lo que supone una gran oportunidad de mercado, tanto a nivel nacional como internacional. Ahora bien, ha de producirse una evolución en los Consejos Reguladores.
La gastronomía española también es reconocida a nivel mundial, no sólo por nuestras tapas, elemento que nos diferencia a nivel mundial, ni por nuestros grandes cocineros, sino también por nuestros productos únicos (Jamón ibérico de bellota, azafrán, vino, aceite de oliva virgen, queso, arroces, frutas, carnes, conservas…). España cuenta con un amplio abanico de productos que sintetizan el buen hacer de nuestros sectores primario y secundario y el carácter mediterráneo propio de nuestra tierra. Particularmente, el sector agroalimentario y pesquero siguen siendo una punta de lanza de nuestra economía, en lo que a imagen y promoción de la Marca España se refiere, y nada mejor que contar con productos de calidad única y diferenciada para liderar este proceso, mejorando nuestra competitividad en los mercados y apostando por la innovación e internacionalización.
Los Consejos Reguladores, como entes de gestión de las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas, además de velar por la calidad del producto y certificar el origen del mismo, se encuentran ante una oportunidad única de propiciar un salto cualitativo en lo que a promoción e imagen de marca de sus productos se refiere. Es innegable su labor como garante de calidad en los productos, pero con esta importante función, hoy en día no es suficiente. Es preciso hacer consciente y convencer al consumidor de las características de calidad asociadas al producto y generar la necesidad de que compre productos con vitola de la D.O. / I.G.P. y, a través de ellos, descubra la esencia del territorio del que proceden y el saber hacer de sus gentes.
Los Consejos Reguladores del siglo XXI además de velar por la calidad del producto deben realizar una importante labor de promoción de la marca que representan. Deben hacer consciente al consumidor de la importancia del territorio productor, de los métodos de elaboración del producto y del importante esfuerzo que desempeñan los distintos agentes adscritos a la Denominación de Origen por cumplir los estándares definidos. Tienen por tanto la responsabilidad de propiciar una imagen de marca reconocible, de extraordinaria calidad, una marca que sea apreciada por el consumidor y que que le otorga un valor añadido a los productos, mejorando su posicionamiento en el mercado.
En este sentido una parte de su esfuerzo, de su trabajo y también de su presupuesto debe estar asociado a labores de marketing y promoción. Los Consejos Reguladores de hoy deben elaborar su propio plan de marketing, como una inversión de futuro que permita valorizar su producto y su territorio. Algunos de los conceptos y aspectos clave que deben incluir en sus estrategias de marketing son los siguientes:
- Branding: Sin marca no existe diferenciación. La marca debe representar todos los valores asociados al territorio. al producto, la cultura local y la sociedad a la que representan y esto hay que hacerlo visible y palpable para el consumidor. Los productos con Denominación de Origen e Indicación Geográfica Protegida cuentan con un importante arraigo a la tierra. Constituyen el saber hacer de distintas generaciones que han sabido sacar el mejor partido Son fruto de la selección, del esfuerzo, de la selección de la materia prima y del cumplimiento de unos métodos de trabajo. Como consecuencia de ello se da lugar a producto únicos y genuinos, con características de calidad únicas y auténticas, que dan lugar a texturas, colores y sabores increíbles. Todo ello, hemos de poder transmitirlo en nuestra marca. La vitola de la D.O. / I.G.P. debe expresar todos estos valores.
- Soportes promocionales: Todos los soportes promocionales que se desarrollen deben invitar a la compra del producto. Hoy en día aún vemos soportes anticuados que no ofrecen una imagen atractiva que invite a la compra y al consumo. Tanto esfuerzo productor merece el mejor envoltorio. Los folletos, web, elementos de merchandising, stands promocionales, debe proyectar los valores a la imagen de marca. Esta es la base para poder emprender un proceso integral y cohesionado de marketing y promoción.
- Internet y redes sociales: Internet se erige en un elemento clave para dar a conocer el producto, captar y fidelizar clientes. Esto implica conectar con nuestros públicos objetivo, los cuales cada día pasan más tiempo delante del ordenador y sus dispositivos móviles y debemos entrar en sus vidas de una forma amigable y atractiva, formando parte de su experiencia vital. Debemos apostar por un diseño web atractivo, eficiente, trabajar nuestro posicionamiento SEO y con unos contenidos de calidad que permitan dar visibilidad a nuestros productoes. Las redes sociales pueden ser clave para dar visibilidad a nuestro producto, favorecer las relaciones con los consumidores y transmitirles lo que representa el producto. Generación de contenidos, promociones amigables, recetas, concursos y juegos para empezar a formar parte de sus vidas.
- Eventos: Los eventos en origen y en destino se han convertido en una especial plataforma de promoción del producto. Ahora bien, hay que cuidar la presencia del producto en los mismos y asegurar la calidad en todas las fases del evento, desde su conceptualización hasta la ejecución, generando deseo de compra y consumo del producto.
- Actividad turística. En la medida de lo posible, hay que propiciar que el consumidor se acerque al territorio productor y viva la experiencia de nuestro producto. Los productos saben mucho mejor en el lugar de origen y mucho más si los asociamos a una experiencia vivida en la zona productora. Visitar un bodega o almazara, conocer a sus gentes y descubrir el esfuerzo que supone elaborarlo, degustar los productos en un restaurante local, visitar el museo agroalimentario o participar en un evento en la zona productora, entre otras actividades son clave para generar valor añadido al producto y generar emociones y sensaciones en los consumidores que perduran en el tiempo.
En definitiva, los Consejos Reguladores tienen un tesoro en sus manos: un producto de calidad, único y auténtico, capaz de despertar emociones en el consumidor. Esto ha de ser potenciado como una ventaja competitiva en el mercado transmitiéndole a los consumidores los valores asociados al producto. Para ello se requiere trabajar el envoltorio del producto, desarrollar la faceta promocional o de marketing de la D.O. / I.G.P. Desde DINAMIZA sabemos que no es fácil, y puede dar vértigo emprender este camino, pero el resultado bien vale la pena. Es preciso valorizar nuestra marca y hacer que todos los productores de la zona se sientan orgullosos de estar adscritos al Consejo Regulador y lo que es más importante, provocar el deseo de compra del producto.
No perdamos oportunidades, la tecnología ha abaratado considerablemente el proceso de promoción de las D.O. / I.G.P. y muchas marcas, ha democratizado las labores de promoción, permitiendo que incluso los más pequeños con presupuestos modestos puedan tener una promoción muy cuidada generando extraordinarios resultados. Si quieres saber cómo, no dudes en contactar con nosotros, tenemos una propuesta a la medida de tus necesidades.