Hoy entrevistamos en nuestro Blog a Iván Pérez García, Director de Marketing, Comunicación y Enoturismo de Artevino Family Wineries, una compañía vinícola que cuenta con bodegas en las Denominaciones de Origen más prestigiosas del país: Finca Villacreces (D.O. Ribera del Duero), Bodegas Izadi (D.O.Ca. Rioja) Bodegas Vetus (D.O. Toro y D.O. Rueda) y Orben (D.O.Ca. Rioja).
Las cuatro bodegas mantienen una personalidad única y bien diferenciada, aunque comparten una misma misión: la elaboración de vinos de calidad a partir de variedades nacionales en las zonas más emblemáticas de sus respectivas denominaciones de origen.
En el ámbito enoturístico, nos llama especialmente la atención el proyecto de Finca Villacreces en Ribera del Duero, del que también es responsable Iván.
P: ¿Podrías describirnos brevemente la trayectoria de Finca Villacreces en el enoturismo y cuál es su importancia actual?
R: Desde que inauguramos Villacreces, tuvimos claro que no podíamos dejar de compartir este espacio natural y vinícola único con los amantes del vino. Cada año hemos ido mejorando las experiencias y creciendo de una forma sostenible, para que la experiencia del enoturismo sea lo más satisfactoria posible. A día de hoy, somos una de las bodegas más visitas de Ribera y una de las 10 atracciones que visitar en Valladolid según Tripadvisor.
P: ¿Cuáles son las principales ventajas competitivas de Finca Villacreces en términos de enoturismo?
R: Disfrutar de una experiencia enoturística en plena Milla de Oro de Ribera del Duero ya es por sí misma una ventaja diferencial. A ello le sumamos algunos de los pilares en los que basamos nuestras experiencias: grupos reducidos, personalización, cercanía y empatía. Tratamos de crear experiencias exclusivas, que aúnan aprendizaje y diversión.
P: Aunque la situación de la bodega es privilegiada para la elaboración de unos vinos de alta calidad, cuesta más llegar hasta la bodega que otras que están situadas en las principales localidades de la Ribera del Duero ¿Cómo habéis afrontado esta aparente debilidad?
R: Realmente no es así, puesto que estamos situados en plena Milla de Oro de Ribera de Duero, en la carretera que vertebra la ribera vallisoletana, la N-322, a su paso por Quintanilla de Onésimo. Si bien es cierto que Villacreces es una joya escondida tras un bosque que es difícil de apreciar desde la carretera, pero en ello también reside parte de su encanto.
P: ¿Qué tipo de actividades y experiencias pueden disfrutar los visitantes en Finca Villacreces?
R: Contamos con una amplia oferta de experiencias, desde una visita con enfoque más pedagógico e histórico, hasta actividades puntuales como el brunch Villacreces que abordan el turismo enológico con otro enfoque. Una de nuestras experiencias más demandadas, y es que fuimos pioneros hace más de 15 años, es un recorrido en bicicleta eléctrica entre los viñedos y el bosque de la finca.
P: ¿Qué habéis hecho para convertiros en un auténtico referente del enoturismo a nivel nacional?
R: Es un todo un honor que nos percibáis así, porque detrás de cada experiencia hay un equipo que se esfuerza en cuidar cada detalle. Desde el primer momento la compañía apostó por el enoturismo como una pata fundamental de nuestra estrategia de comunicación y marca. No hay muchos secretos, se trata de tener claro el objetivo, trabajar duro y rodearte de un buen equipo focalizado en crear la mejor experiencia para todos aquellos que nos visitan.
P: ¿Nos puedes hablar del Día Pruno, el evento enoturístico más premiado?
R: Conocíamos otro tipo de festivales, cosas que se hacían en otros países, pero nos dimos cuenta de que hacía falta un festival del vino donde los enoturistas fueran parte esencial del evento. Más allá de música y gastronomía, que las hay, el Día Pruno destaca por sus actividades participativas, donde los enoturistas viven experiencias muy divertidas y originales con la enología y nuestro vino Pruno como telón de fondo. Se trata de una experiencia de marca única donde los visitantes acaban siendo unos ‘pruno lovers’. Cuidar cada detalle y recibir a los visitantes con la hospitalidad con la que lo hace el equipo es parte fundamental de que repitan año tras año.
P: ¿Cuáles son los retos más comunes a los que te enfrentas como Responsable de Enoturismo y cómo los abordas?
R: Como en otras muchas áreas, mantener la exigencia es fundamental. Crearte una buena reputación es muy costoso, pero se puede perder en un pequeño detalle. Por tanto, hay que ser detallista, cuidadoso y exigente, lo cual exige un equipo motivado, formado y orientado al cliente. Del mismo modo, el enoturismo ha de demostrar su valía dentro de la compañía, ha de ser rentable, desde el punto de vista económico, y útil como herramienta de branding. Atraer al enoturista es otra de nuestras grandes preocupaciones, no solo hace falta tener buenas experiencias, tenemos que llegar a nuestros diferentes públicos para que las conozcan y generen esa conversión.
P: ¿Cómo se involucra la comunidad local en vuestras actividades de enoturismo?
R: En el entorno próximo encontramos a nuestros principales apóstoles, aquellos que van a transmitir tus valores a los turistas. Es importantísimo contar con ellos puesto que se convierten en los principales hacedores de destino, le aportan la autenticidad y la tipicidad de la zona, lo cual es lo más enriquecedor para quienes visitan Ribera del Duero.
P: ¿Qué consejos darías a alguien que está interesado en iniciar la actividad enoturística en su bodega?
R: Lo principal es tener claro cuál es el objetivo, ser coherente con lo que quieres. No es lo mismo que tu objetivo sea ganar mucha notoriedad y generar amplios ingresos. Cada uno tiene que tener claro cuál es su modelo de negocio y tener un plan. Para ello siempre viene bien profesionalizarse, formarse e, incluso, en muchos caso, contar con expertos que te den una visión más amplia del enoturismo.
Hoy entrevistamos en nuestro Blog a Iván Pérez García, Director de Marketing, Comunicación y Enoturismo de Artevino Family Wineries, una compañía vinícola que cuenta con bodegas en las Denominaciones de Origen más prestigiosas del país: Finca Villacreces (D.O. Ribera del Duero), Bodegas Izadi (D.O.Ca. Rioja) Bodegas Vetus (D.O. Toro y D.O. Rueda) y Orben (D.O.Ca. Rioja).
Las cuatro bodegas mantienen una personalidad única y bien diferenciada, aunque comparten una misma misión: la elaboración de vinos de calidad a partir de variedades nacionales en las zonas más emblemáticas de sus respectivas denominaciones de origen.
En el ámbito enoturístico, nos llama especialmente la atención el proyecto de Finca Villacreces en Ribera del Duero, del que también es responsable Iván.
P: ¿Podrías describirnos brevemente la trayectoria de Finca Villacreces en el enoturismo y cuál es su importancia actual?
R: Desde que inauguramos Villacreces, tuvimos claro que no podíamos dejar de compartir este espacio natural y vinícola único con los amantes del vino. Cada año hemos ido mejorando las experiencias y creciendo de una forma sostenible, para que la experiencia del enoturismo sea lo más satisfactoria posible. A día de hoy, somos una de las bodegas más visitas de Ribera y una de las 10 atracciones que visitar en Valladolid según Tripadvisor.
P: ¿Cuáles son las principales ventajas competitivas de Finca Villacreces en términos de enoturismo?
R: Disfrutar de una experiencia enoturística en plena Milla de Oro de Ribera del Duero ya es por sí misma una ventaja diferencial. A ello le sumamos algunos de los pilares en los que basamos nuestras experiencias: grupos reducidos, personalización, cercanía y empatía. Tratamos de crear experiencias exclusivas, que aúnan aprendizaje y diversión.
P: Aunque la situación de la bodega es privilegiada para la elaboración de unos vinos de alta calidad, cuesta más llegar hasta la bodega que otras que están situadas en las principales localidades de la Ribera del Duero ¿Cómo habéis afrontado esta aparente debilidad?
R: Realmente no es así, puesto que estamos situados en plena Milla de Oro de Ribera de Duero, en la carretera que vertebra la ribera vallisoletana, la N-322, a su paso por Quintanilla de Onésimo. Si bien es cierto que Villacreces es una joya escondida tras un bosque que es difícil de apreciar desde la carretera, pero en ello también reside parte de su encanto.
P: ¿Qué tipo de actividades y experiencias pueden disfrutar los visitantes en Finca Villacreces?
R: Contamos con una amplia oferta de experiencias, desde una visita con enfoque más pedagógico e histórico, hasta actividades puntuales como el brunch Villacreces que abordan el turismo enológico con otro enfoque. Una de nuestras experiencias más demandadas, y es que fuimos pioneros hace más de 15 años, es un recorrido en bicicleta eléctrica entre los viñedos y el bosque de la finca.
P: ¿Qué habéis hecho para convertiros en un auténtico referente del enoturismo a nivel nacional?
R: Es un todo un honor que nos percibáis así, porque detrás de cada experiencia hay un equipo que se esfuerza en cuidar cada detalle. Desde el primer momento la compañía apostó por el enoturismo como una pata fundamental de nuestra estrategia de comunicación y marca. No hay muchos secretos, se trata de tener claro el objetivo, trabajar duro y rodearte de un buen equipo focalizado en crear la mejor experiencia para todos aquellos que nos visitan.
P: ¿Nos puedes hablar del Día Pruno, el evento enoturístico más premiado?
R: Conocíamos otro tipo de festivales, cosas que se hacían en otros países, pero nos dimos cuenta de que hacía falta un festival del vino donde los enoturistas fueran parte esencial del evento. Más allá de música y gastronomía, que las hay, el Día Pruno destaca por sus actividades participativas, donde los enoturistas viven experiencias muy divertidas y originales con la enología y nuestro vino Pruno como telón de fondo. Se trata de una experiencia de marca única donde los visitantes acaban siendo unos ‘pruno lovers’. Cuidar cada detalle y recibir a los visitantes con la hospitalidad con la que lo hace el equipo es parte fundamental de que repitan año tras año.
P: ¿Cuáles son los retos más comunes a los que te enfrentas como Responsable de Enoturismo y cómo los abordas?
R: Como en otras muchas áreas, mantener la exigencia es fundamental. Crearte una buena reputación es muy costoso, pero se puede perder en un pequeño detalle. Por tanto, hay que ser detallista, cuidadoso y exigente, lo cual exige un equipo motivado, formado y orientado al cliente. Del mismo modo, el enoturismo ha de demostrar su valía dentro de la compañía, ha de ser rentable, desde el punto de vista económico, y útil como herramienta de branding. Atraer al enoturista es otra de nuestras grandes preocupaciones, no solo hace falta tener buenas experiencias, tenemos que llegar a nuestros diferentes públicos para que las conozcan y generen esa conversión.
P: ¿Cómo se involucra la comunidad local en vuestras actividades de enoturismo?
R: En el entorno próximo encontramos a nuestros principales apóstoles, aquellos que van a transmitir tus valores a los turistas. Es importantísimo contar con ellos puesto que se convierten en los principales hacedores de destino, le aportan la autenticidad y la tipicidad de la zona, lo cual es lo más enriquecedor para quienes visitan Ribera del Duero.
P: ¿Qué consejos darías a alguien que está interesado en iniciar la actividad enoturística en su bodega?
R: Lo principal es tener claro cuál es el objetivo, ser coherente con lo que quieres. No es lo mismo que tu objetivo sea ganar mucha notoriedad y generar amplios ingresos. Cada uno tiene que tener claro cuál es su modelo de negocio y tener un plan. Para ello siempre viene bien profesionalizarse, formarse e, incluso, en muchos caso, contar con expertos que te den una visión más amplia del enoturismo.