Hoy nos tomamos una copa de cava con Joan Romero, director comercial de enoturismo de Raventós Codorníu. Joan se incorporó al grupo en abril de 2021 para dar un nuevo impulso a la línea de negocio del enoturismo en la compañía. Tras haber desempeñado puestos de responsabilidad en la Agencia Catalana de Turismo, donde era director de la oficina de Brasil, responsable del mercado latinoamericano, y PortAventura, entre otras entidades, se incorpora al grupo Raventós Codorníu, la empresa bodeguera más antigua de España y una de las compañías más destacadas de enoturismo en nuestro país, tanto por su trayectoria y experiencia acumulada en muchos años como por el número de visitantes que atrae cada año.
Raventós-Codorníu cuenta hoy con 15 bodegas en las mejores zonas vitivinícolas del mundo y la mayoría están abiertas al público. Entre ellas Bodegas Bilbaínas en Rioja, Raimat en el Costers del Segre, Legaris en Ribera del Duero, Scala Dei en el Priorato, Séptima en Argentina, Artesa en California y, naturalmente, las cavas de Codorníu en Sant Sadurní d’Anoia (Penedès).
P. Joan, seguro que no te imaginabas este escenario al empezar tu nueva posición. ¿Cómo estáis viviendo esta etapa?
R. La estoy viviendo con una enorme ilusión, a la expectativa de que el turismo se vaya reabriendo con el efecto de las vacunas que tanto están ayudando a rebajar el índice de transmisión del Covid-19. Representar una marca tan importante como Raventós Codorníu me llena de orgullo y de ganas de poder aportar lo máximo en beneficio del enoturismo tanto en el Penedés como en el resto de las áreas donde tenemos centros de visita en España: Raimat en Lleida (con el nuevo espacio natural abierto al público Raimat Natura), Legaris en Ribera del Duero y Bodegas Bilbaínas, en Rioja.
P. ¿Qué cambios habéis realizado para adaptaros a la nueva situación? ¿Crees que alguno de estos cambios permanecerá cuando la pandemia haya pasado?
R. Hemos digitalizado todo nuestro proceso de reserva con un nuevo booking engine que nos permite ser más ágiles y rápidos a la hora de poder lanzar productos enoturísticos. Estamos haciendo un esfuerzo ingente para crear nuevos productos, más seguros, centrados en los jardines y en los viñedos de nuestras bodegas, reducir los aforos y el tamaño de los grupos y lógicamente los cambios no deben permitirnos perder agilidad y flexibilidad. Precisamente, la digitalización ha irrumpido de forma muy importante en nuestra compañía debido a la aparición del Covid-19 y va a mantenerse en el tiempo.
Evidentemente, nadie sabe qué puede pasar en el futuro, cuando la pandemia haya terminado, pero nosotros seguimos con el foco puesto en crear productos atractivos, de alto valor para la demanda, para que todos los públicos puedan disfrutar de nuestros vinos, de nuestros cavas, de la gastronomía en los numerosos espacios con los que contamos. Quizás antes teníamos muy definidos los circuitos e itinerarios, pero esta flexibilidad que hemos adoptado nos está ayudando a encontrar los mejores espacios de cada bodega. Por ejemplo, las Cavas de Codorníu en Sant Sadurní d’Anoia (Penedès) cuentan con unos jardines espectaculares, desde los cuales podemos contemplar los edificios modernistas construidas por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch (discípulo de Gaudí) que tiene la calificación de monumento histórico-artístico nacional.
P. ¿Habéis notado muchos cambios en el comportamiento de los viajeros? ¿Han cambiado sus prioridades? ¿Su forma de organizar el viaje?
R. Hemos notado que el turista está preparado para cambios en el último segundo de su viaje. Las personas reservan todas sus salidas previamente (el Covid-19 ha forzado este cambio debido a los aforos), y notamos que el índice de resiliencia ha crecido entre el público dados los casos extremos que esta pandemia ha generado en los planes turísticos. Y vemos muchas ganas de viajar, de divertirse, de celebrar la vida, como anuncia nuestro slogan publicitario.
P. Estáis inmersos en un proceso de cambios, ¿cómo será la propuesta enoturística de Codorníu a medio plazo? ¿Qué proyectos tenéis en mente?
R. Nuestra nueva propuesta permitirá mejorar nuestra experiencia de visita en nuestro centro de Codorníu de Sant Sadurní d´Anòia volviéndola aún más memorable. Seguiremos siendo fieles a nuestros valores, a la calidad de nuestros cavas. Hemos desarrollado una propuesta gastronómica para mejorar la experiencia del cava que se puede disfrutar en “Els Jardins”. Esta nueva oferta fue muy bien acogida por el público durante el año 2020 y queremos darle continuidad. Los viajeros que vengan a visitarnos paulatinamente irán encontrando nuevas propuestas, como conciertos, catas muy especiales, fiestas, etc., porque Codorníu no es una bodega para visitar, es una bodega para vivirla y cada vez que llega una persona puede vivir una experiencia completamente diferente.
Estamos trabajando además para poder reclutar gran volumen de visitantes de nuestros mercados internacionales más estratégicos y que visiten nuestros centros de visitas.
P. ¿Crees que cuando todo esto pase nos encontraremos con un enoturismo diferente al de unos años atrás? ¿Qué cambios crees que se avecinan en el sector? ¿Cómo piensas que nos debemos adaptar a ellos?
R. La crisis del Covid-19 ha generado un incremento en la demanda del turismo rural. Los turistas desean evitar las grandes ciudades y salir hacia destinos en las afueras de cada destino turístico. Lugares al aire libre y con propuestas en espacios exteriores. El enoturismo se ha visto muy reforzado por causa de esta pandemia. Cada día son más las bodegas que ofrecemos experiencias adicionales a la visita turística: conciertos al aire libre, sesiones de yoga, experiencias combinando la visita a bodega y el disfrute gastronómico, etc.
A medida que estamos doblegando la pandemia, percibimos que el enoturismo despega con muchísima fuerza. El público quiere divertirse, le gustan nuestras actividades y propuestas de ocio. Observamos que todas las disposiciones de seguridad que hemos establecido son valoradas y demandadas por el público.
Desde las bodegas, debemos leer muy bien los cambios en el comportamiento de la demanda y adaptarnos rápidamente. Esto es lo que estamos haciendo en Codorníu, orientar nuestros procesos al cliente.
Hoy nos tomamos una copa de cava con Joan Romero, director comercial de enoturismo de Raventós Codorníu. Joan se incorporó al grupo en abril de 2021 para dar un nuevo impulso a la línea de negocio del enoturismo en la compañía. Tras haber desempeñado puestos de responsabilidad en la Agencia Catalana de Turismo, donde era director de la oficina de Brasil, responsable del mercado latinoamericano, y PortAventura, entre otras entidades, se incorpora al grupo Raventós Codorníu, la empresa bodeguera más antigua de España y una de las compañías más destacadas de enoturismo en nuestro país, tanto por su trayectoria y experiencia acumulada en muchos años como por el número de visitantes que atrae cada año.
Raventós-Codorníu cuenta hoy con 15 bodegas en las mejores zonas vitivinícolas del mundo y la mayoría están abiertas al público. Entre ellas Bodegas Bilbaínas en Rioja, Raimat en el Costers del Segre, Legaris en Ribera del Duero, Scala Dei en el Priorato, Séptima en Argentina, Artesa en California y, naturalmente, las cavas de Codorníu en Sant Sadurní d’Anoia (Penedès).
P. Joan, seguro que no te imaginabas este escenario al empezar tu nueva posición. ¿Cómo estáis viviendo esta etapa?
R. La estoy viviendo con una enorme ilusión, a la expectativa de que el turismo se vaya reabriendo con el efecto de las vacunas que tanto están ayudando a rebajar el índice de transmisión del Covid-19. Representar una marca tan importante como Raventós Codorníu me llena de orgullo y de ganas de poder aportar lo máximo en beneficio del enoturismo tanto en el Penedés como en el resto de las áreas donde tenemos centros de visita en España: Raimat en Lleida (con el nuevo espacio natural abierto al público Raimat Natura), Legaris en Ribera del Duero y Bodegas Bilbaínas, en Rioja.
P. ¿Qué cambios habéis realizado para adaptaros a la nueva situación? ¿Crees que alguno de estos cambios permanecerá cuando la pandemia haya pasado?
R. Hemos digitalizado todo nuestro proceso de reserva con un nuevo booking engine que nos permite ser más ágiles y rápidos a la hora de poder lanzar productos enoturísticos. Estamos haciendo un esfuerzo ingente para crear nuevos productos, más seguros, centrados en los jardines y en los viñedos de nuestras bodegas, reducir los aforos y el tamaño de los grupos y lógicamente los cambios no deben permitirnos perder agilidad y flexibilidad. Precisamente, la digitalización ha irrumpido de forma muy importante en nuestra compañía debido a la aparición del Covid-19 y va a mantenerse en el tiempo.
Evidentemente, nadie sabe qué puede pasar en el futuro, cuando la pandemia haya terminado, pero nosotros seguimos con el foco puesto en crear productos atractivos, de alto valor para la demanda, para que todos los públicos puedan disfrutar de nuestros vinos, de nuestros cavas, de la gastronomía en los numerosos espacios con los que contamos. Quizás antes teníamos muy definidos los circuitos e itinerarios, pero esta flexibilidad que hemos adoptado nos está ayudando a encontrar los mejores espacios de cada bodega. Por ejemplo, las Cavas de Codorníu en Sant Sadurní d’Anoia (Penedès) cuentan con unos jardines espectaculares, desde los cuales podemos contemplar los edificios modernistas construidas por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch (discípulo de Gaudí) que tiene la calificación de monumento histórico-artístico nacional.
P. ¿Habéis notado muchos cambios en el comportamiento de los viajeros? ¿Han cambiado sus prioridades? ¿Su forma de organizar el viaje?
R. Hemos notado que el turista está preparado para cambios en el último segundo de su viaje. Las personas reservan todas sus salidas previamente (el Covid-19 ha forzado este cambio debido a los aforos), y notamos que el índice de resiliencia ha crecido entre el público dados los casos extremos que esta pandemia ha generado en los planes turísticos. Y vemos muchas ganas de viajar, de divertirse, de celebrar la vida, como anuncia nuestro slogan publicitario.
P. Estáis inmersos en un proceso de cambios, ¿cómo será la propuesta enoturística de Codorníu a medio plazo? ¿Qué proyectos tenéis en mente?
R. Nuestra nueva propuesta permitirá mejorar nuestra experiencia de visita en nuestro centro de Codorníu de Sant Sadurní d´Anòia volviéndola aún más memorable. Seguiremos siendo fieles a nuestros valores, a la calidad de nuestros cavas. Hemos desarrollado una propuesta gastronómica para mejorar la experiencia del cava que se puede disfrutar en “Els Jardins”. Esta nueva oferta fue muy bien acogida por el público durante el año 2020 y queremos darle continuidad. Los viajeros que vengan a visitarnos paulatinamente irán encontrando nuevas propuestas, como conciertos, catas muy especiales, fiestas, etc., porque Codorníu no es una bodega para visitar, es una bodega para vivirla y cada vez que llega una persona puede vivir una experiencia completamente diferente.
Estamos trabajando además para poder reclutar gran volumen de visitantes de nuestros mercados internacionales más estratégicos y que visiten nuestros centros de visitas.
P. ¿Crees que cuando todo esto pase nos encontraremos con un enoturismo diferente al de unos años atrás? ¿Qué cambios crees que se avecinan en el sector? ¿Cómo piensas que nos debemos adaptar a ellos?
R. La crisis del Covid-19 ha generado un incremento en la demanda del turismo rural. Los turistas desean evitar las grandes ciudades y salir hacia destinos en las afueras de cada destino turístico. Lugares al aire libre y con propuestas en espacios exteriores. El enoturismo se ha visto muy reforzado por causa de esta pandemia. Cada día son más las bodegas que ofrecemos experiencias adicionales a la visita turística: conciertos al aire libre, sesiones de yoga, experiencias combinando la visita a bodega y el disfrute gastronómico, etc.
A medida que estamos doblegando la pandemia, percibimos que el enoturismo despega con muchísima fuerza. El público quiere divertirse, le gustan nuestras actividades y propuestas de ocio. Observamos que todas las disposiciones de seguridad que hemos establecido son valoradas y demandadas por el público.
Desde las bodegas, debemos leer muy bien los cambios en el comportamiento de la demanda y adaptarnos rápidamente. Esto es lo que estamos haciendo en Codorníu, orientar nuestros procesos al cliente.