28 febrero, 2014

El turismo de lujo, una apuesta rentable para los destinos

Hace tiempo que venimos escuchando las buenas perspectivas de crecimiento que presenta el segmento del turismo de lujo en contraposición a los momentos de incertidumbre global que venimos atravesando.

En este contexto, desde Dinamiza, consideramos que es importante conocer y desarrollar productos turísticos que permitan incrementar la competitividad de los destinos, y el turismo de lujo se presenta así como una oportunidad de desarrollo competitivo, siempre que el destino apueste por este segmento bajo una correcta planificación, rigor en la ejecución y un excelente enfoque al mercado.

Si bien es cierto que definir el concepto de lujo no es sencillo, podríamos aventurarnos a decir que la clave del lujo parece residir en la exclusividad, término que se repite una y otra vez cuando hablamos de lujo. Esta exclusividad a veces se refleja en el propio producto, que suele ser el resultado de la combinación de creatividad, espacios singulares, soportes excelentes, canales de distribución selectivos, posicionamiento selectivo, producción limitada, precios altos, etc. Aunque también se asocia a la imagen de marca que éste proyecta, entendiéndose como el reflejo de los atributos de la marca que garantizan y distinguen a los consumidores del lujo por pertenecer a clases sociales de élite.

En este contexto, la idea central que perseguirá el turismo de lujo será ofrecer experiencias turísticas con un alto valor añadido, diseñadas a medida y dirigidas a clientes de elevado nivel de gasto, esto es, en un destino correctamente planificado y enfocado a este tipo de turismo, contando con la participación de los “mejores de la clase”.

Estamos hablando, por tanto, de un turismo caracterizado principalmente por la búsqueda de experiencias únicas, que destacarán por la exclusividad o para ser más correctos, por la sensación de exclusividad, donde el precio será una cuestión secundaria. Es decir, este  turista a priori no será sensible a las ofertas, pero sí a todos los valores intangibles, y presentará a su vez un alto grado de fidelización tanto los establecimientos que forman parte de la experiencia, como al destino en su conjunto, presentándose así como una oportunidad de desestacionalización y de reconversión del destino en un producto exclusivo.

Por otro lado, la motivación hacia el lujo puede tener varios niveles, pudiendo ir desde el lujo ostentoso, asociado al gasto y a la exhibición de lo caro por lo caro, pasando por un lujo crítico, en el que se ha aprendido a distinguir lo mejor dentro de lo bueno, llegando al lujo experimental, en el que el lujo reside en la experiencia, pudiendo llegar al lowxury (lujo low cost), en el que personas que no disponen de un alto poder adquisitivo sí tienen acceso a productos de lujo.

En el mercado turístico, ya hablemos del lujo ostentoso, crítico, experimental o lujo low cost, todos presentan como denominador común la sensación de exclusividad y de diferenciación, donde las experiencias turísticas se desarrollan en espacios únicos, la existencia de historias que las envuelvan, que pongan en valor lo auténtico y los orígenes de la experiencia en sí, se presentarán como la hoja de ruta de este tipo de turismo.

Para dibujar esta hoja de ruta será crucial estudiar las oportunidades que presenta el propio destino de cara a su diversificación hacia el turismo de lujo, así como planificar exhaustivamente las estrategias y acciones a llevar a cabo, ya que las cosas bien hechas no surgen por la casualidad y se consiguen con un buen trabajo de coordinación, gestión y planificación turística.

Este sistema de valor del turismo de lujo, deberá por tanto estar coordinado para trabajar de forma eficiente y ofertar productos turísticos exclusivos integrados en un destino, ya que si uno de los componentes del sistema falla, proporcionando un producto o servicio que no satisfaga las expectativas del turista, la cadena de valor se romperá, influyendo negativamente en la competitividad global del destino.

Desde Dinamiza consideramos que apostar por este segmento turístico no será tarea fácil, sin los esfuerzos y dedicación que merece la diversificación turística de un destino. A lo largo de estos años, gracias a nuestro bagaje y experiencia en la creación de valor turístico para destinos y productos, sabemos que con  rigor, creatividad y orientación a resultados podemos crear productos turísticos de lujo,  singulares, innovadores, y exclusivos. Y lo que es más importante, productos turísticos rentables, porque no olvidemos nunca que el turismo es una actividad económica importantísima para España.

28 febrero, 2014

El turismo de lujo, una apuesta rentable para los destinos

Hace tiempo que venimos escuchando las buenas perspectivas de crecimiento que presenta el segmento del turismo de lujo en contraposición a los momentos de incertidumbre global que venimos atravesando.

En este contexto, desde Dinamiza, consideramos que es importante conocer y desarrollar productos turísticos que permitan incrementar la competitividad de los destinos, y el turismo de lujo se presenta así como una oportunidad de desarrollo competitivo, siempre que el destino apueste por este segmento bajo una correcta planificación, rigor en la ejecución y un excelente enfoque al mercado.

Si bien es cierto que definir el concepto de lujo no es sencillo, podríamos aventurarnos a decir que la clave del lujo parece residir en la exclusividad, término que se repite una y otra vez cuando hablamos de lujo. Esta exclusividad a veces se refleja en el propio producto, que suele ser el resultado de la combinación de creatividad, espacios singulares, soportes excelentes, canales de distribución selectivos, posicionamiento selectivo, producción limitada, precios altos, etc. Aunque también se asocia a la imagen de marca que éste proyecta, entendiéndose como el reflejo de los atributos de la marca que garantizan y distinguen a los consumidores del lujo por pertenecer a clases sociales de élite.

En este contexto, la idea central que perseguirá el turismo de lujo será ofrecer experiencias turísticas con un alto valor añadido, diseñadas a medida y dirigidas a clientes de elevado nivel de gasto, esto es, en un destino correctamente planificado y enfocado a este tipo de turismo, contando con la participación de los “mejores de la clase”.

Estamos hablando, por tanto, de un turismo caracterizado principalmente por la búsqueda de experiencias únicas, que destacarán por la exclusividad o para ser más correctos, por la sensación de exclusividad, donde el precio será una cuestión secundaria. Es decir, este  turista a priori no será sensible a las ofertas, pero sí a todos los valores intangibles, y presentará a su vez un alto grado de fidelización tanto los establecimientos que forman parte de la experiencia, como al destino en su conjunto, presentándose así como una oportunidad de desestacionalización y de reconversión del destino en un producto exclusivo.

Por otro lado, la motivación hacia el lujo puede tener varios niveles, pudiendo ir desde el lujo ostentoso, asociado al gasto y a la exhibición de lo caro por lo caro, pasando por un lujo crítico, en el que se ha aprendido a distinguir lo mejor dentro de lo bueno, llegando al lujo experimental, en el que el lujo reside en la experiencia, pudiendo llegar al lowxury (lujo low cost), en el que personas que no disponen de un alto poder adquisitivo sí tienen acceso a productos de lujo.

En el mercado turístico, ya hablemos del lujo ostentoso, crítico, experimental o lujo low cost, todos presentan como denominador común la sensación de exclusividad y de diferenciación, donde las experiencias turísticas se desarrollan en espacios únicos, la existencia de historias que las envuelvan, que pongan en valor lo auténtico y los orígenes de la experiencia en sí, se presentarán como la hoja de ruta de este tipo de turismo.

Para dibujar esta hoja de ruta será crucial estudiar las oportunidades que presenta el propio destino de cara a su diversificación hacia el turismo de lujo, así como planificar exhaustivamente las estrategias y acciones a llevar a cabo, ya que las cosas bien hechas no surgen por la casualidad y se consiguen con un buen trabajo de coordinación, gestión y planificación turística.

Este sistema de valor del turismo de lujo, deberá por tanto estar coordinado para trabajar de forma eficiente y ofertar productos turísticos exclusivos integrados en un destino, ya que si uno de los componentes del sistema falla, proporcionando un producto o servicio que no satisfaga las expectativas del turista, la cadena de valor se romperá, influyendo negativamente en la competitividad global del destino.

Desde Dinamiza consideramos que apostar por este segmento turístico no será tarea fácil, sin los esfuerzos y dedicación que merece la diversificación turística de un destino. A lo largo de estos años, gracias a nuestro bagaje y experiencia en la creación de valor turístico para destinos y productos, sabemos que con  rigor, creatividad y orientación a resultados podemos crear productos turísticos de lujo,  singulares, innovadores, y exclusivos. Y lo que es más importante, productos turísticos rentables, porque no olvidemos nunca que el turismo es una actividad económica importantísima para España.