La sidra no es solo una bebida: es paisaje, historia, tradición, identidad. Lo saben bien en el País Vasco, en Asturias y en Galicia, donde la cultura sidrera forma parte del ADN de sus pueblos y de su forma de entender la vida. Por eso, entidades referentes de estos tres territorios han decidido unir fuerzas para impulsar conjuntamente el proyecto “Rutas de la Sidra”, que nace con vocación de permanencia y con un objetivo claro: convertir el patrimonio sidrero en una experiencia turística con proyección nacional e internacional.
La iniciativa, promovida por el Consorcio Turístico Sagardun (Euskadi), el Club de Producto Sidraturismo Asturias (Asturias) y la Asociación Maceira e Sidra de A Estrada (Galicia), tiene un enfoque innovador, tanto en su concepción como en su desarrollo. No se trata solo de impulsar las visitas a llagares o sidrerías, sino de construir una experiencia global que ponga en valor el patrimonio sidrero en su sentido más amplio —material e inmaterial— y que conecte con distintos perfiles de visitantes, desde el turismo cultural hasta el gastronómico, pasando por el familiar o el rural.
Un nuevo producto turístico con alma
El proyecto, beneficiario de la convocatoria “Experiencias Turismo España 2023”, tiene como objetivo diseñar e implantar un modelo de sidraturismo que, respetando las particularidades de cada región, genere sinergias entre territorios y siente las bases de una red de colaboración estable. Todo ello desde una perspectiva de sostenibilidad, calidad y autenticidad, valores que conectan con la demanda turística actual.
Desde Dinamiza, nos alegra formar parte de esta primera etapa del proyecto, aportando nuestra experiencia para que el camino comience con paso firme. Nuestro trabajo se centrará en elaborar el análisis de situación, redactar el Manual de Producto y el Plan de Calidad, y acompañar técnicamente a los territorios en la implantación de este último, ofreciendo apoyo durante todo el proceso.
Escuchar para transformar: un proyecto desde el territorio y para el territorio
Asturias, Galicia y País Vasco no parten de cero. En los tres destinos existen empresas que han apostado desde hace años por abrir sus puertas al visitante, entidades que desarrollan rutas y experiencias, museos y centros de interpretación que divulgan su legado y mantienen viva la tradición sidrera. Incluso, recientemente, la cultura sidrera asturiana ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, un hito que reafirma el potencial turístico y cultural del sector.
Sin embargo, el momento actual pide dar un paso más en cuanto a su proyección turística. En este contexto, el proyecto “Rutas de la Sidra” (así se denomina provisionalmente) nace para conectar iniciativas, armonizar propuestas, generar sinergias entre el sector primario, la industria transformadora y el sector turístico, y construir un producto con identidad, competitivo y alineado con las tendencias de la demanda.
Para lograrlo, es fundamental conocer la realidad de la que se parte. Por ello, esta semana hemos iniciado la primera fase del proyecto, que consiste en analizar detalladamente la situación actual del sidraturismo en cada uno de los destinos participantes. A lo largo de las próximas semanas, visitaremos los tres territorios y conversaremos con profesionales, entidades públicas y agentes clave del sector. Queremos entender qué ha funcionado, qué aprendizajes podemos extraer y, sobre todo, cómo podemos contribuir a que la sidra se convierta en una palanca de desarrollo turístico y territorial sostenible. Este trabajo culminará en un diagnóstico que permitirá definir las ventajas competitivas y factores clave de éxito sobre los que construir el futuro producto.
Hacia una red de experiencias auténticas y sostenibles
En un contexto donde el turismo busca cada vez más autenticidad, vínculo con el territorio y coherencia con los valores locales, la cultura sidrera se presenta como una oportunidad para diversificar la oferta, dinamizar el medio rural y contribuir a un desarrollo más equilibrado. Un turismo de sabores, de paisajes, de historias compartidas.
“Rutas de la Sidra” se suma así a otros productos de turismo enogastronómico temáticos en las que hemos tenido el placer de participar —como Rutas del Vino de España o Oleoturismo en España— que han sabido aunar gastronomía y turismo en torno a una propuesta diferenciadora. Pero lo hace con una mirada propia, profundamente arraigada en su identidad y con una fuerte vocación de sostenibilidad y participación local.
Comenzamos el camino con ilusión, pero también con respeto por todo lo que ya existe y con la responsabilidad de contribuir, desde el conocimiento técnico y el trabajo conjunto, a un proyecto que, sin duda, dará que hablar.
La sidra no es solo una bebida: es paisaje, historia, tradición, identidad. Lo saben bien en el País Vasco, en Asturias y en Galicia, donde la cultura sidrera forma parte del ADN de sus pueblos y de su forma de entender la vida. Por eso, entidades referentes de estos tres territorios han decidido unir fuerzas para impulsar conjuntamente el proyecto “Rutas de la Sidra”, que nace con vocación de permanencia y con un objetivo claro: convertir el patrimonio sidrero en una experiencia turística con proyección nacional e internacional.
La iniciativa, promovida por el Consorcio Turístico Sagardun (Euskadi), el Club de Producto Sidraturismo Asturias (Asturias) y la Asociación Maceira e Sidra de A Estrada (Galicia), tiene un enfoque innovador, tanto en su concepción como en su desarrollo. No se trata solo de impulsar las visitas a llagares o sidrerías, sino de construir una experiencia global que ponga en valor el patrimonio sidrero en su sentido más amplio —material e inmaterial— y que conecte con distintos perfiles de visitantes, desde el turismo cultural hasta el gastronómico, pasando por el familiar o el rural.
Un nuevo producto turístico con alma
El proyecto, beneficiario de la convocatoria “Experiencias Turismo España 2023”, tiene como objetivo diseñar e implantar un modelo de sidraturismo que, respetando las particularidades de cada región, genere sinergias entre territorios y siente las bases de una red de colaboración estable. Todo ello desde una perspectiva de sostenibilidad, calidad y autenticidad, valores que conectan con la demanda turística actual.
Desde Dinamiza, nos alegra formar parte de esta primera etapa del proyecto, aportando nuestra experiencia para que el camino comience con paso firme. Nuestro trabajo se centrará en elaborar el análisis de situación, redactar el Manual de Producto y el Plan de Calidad, y acompañar técnicamente a los territorios en la implantación de este último, ofreciendo apoyo durante todo el proceso.
Escuchar para transformar: un proyecto desde el territorio y para el territorio
Asturias, Galicia y País Vasco no parten de cero. En los tres destinos existen empresas que han apostado desde hace años por abrir sus puertas al visitante, entidades que desarrollan rutas y experiencias, museos y centros de interpretación que divulgan su legado y mantienen viva la tradición sidrera. Incluso, recientemente, la cultura sidrera asturiana ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, un hito que reafirma el potencial turístico y cultural del sector.
Sin embargo, el momento actual pide dar un paso más en cuanto a su proyección turística. En este contexto, el proyecto “Rutas de la Sidra” (así se denomina provisionalmente) nace para conectar iniciativas, armonizar propuestas, generar sinergias entre el sector primario, la industria transformadora y el sector turístico, y construir un producto con identidad, competitivo y alineado con las tendencias de la demanda.
Para lograrlo, es fundamental conocer la realidad de la que se parte. Por ello, esta semana hemos iniciado la primera fase del proyecto, que consiste en analizar detalladamente la situación actual del sidraturismo en cada uno de los destinos participantes. A lo largo de las próximas semanas, visitaremos los tres territorios y conversaremos con profesionales, entidades públicas y agentes clave del sector. Queremos entender qué ha funcionado, qué aprendizajes podemos extraer y, sobre todo, cómo podemos contribuir a que la sidra se convierta en una palanca de desarrollo turístico y territorial sostenible. Este trabajo culminará en un diagnóstico que permitirá definir las ventajas competitivas y factores clave de éxito sobre los que construir el futuro producto.
Hacia una red de experiencias auténticas y sostenibles
En un contexto donde el turismo busca cada vez más autenticidad, vínculo con el territorio y coherencia con los valores locales, la cultura sidrera se presenta como una oportunidad para diversificar la oferta, dinamizar el medio rural y contribuir a un desarrollo más equilibrado. Un turismo de sabores, de paisajes, de historias compartidas.
“Rutas de la Sidra” se suma así a otros productos de turismo enogastronómico temáticos en las que hemos tenido el placer de participar —como Rutas del Vino de España o Oleoturismo en España— que han sabido aunar gastronomía y turismo en torno a una propuesta diferenciadora. Pero lo hace con una mirada propia, profundamente arraigada en su identidad y con una fuerte vocación de sostenibilidad y participación local.
Comenzamos el camino con ilusión, pero también con respeto por todo lo que ya existe y con la responsabilidad de contribuir, desde el conocimiento técnico y el trabajo conjunto, a un proyecto que, sin duda, dará que hablar.