10 enero, 2013

20 errores a evitar en enoturismo (3ª parte)

Tras el periodo navideño, en el que hemos aprovechado para seguir haciendo enoturismo, continuamos  compartiendo (hasta completar la serie de 20) , siempre bajo nuestra humilde visión del sector, otros 5 errores que debemos evitar en la gestión del enoturismo:

 

En enoturismo, deberíamos cuidar a nuestros clientes tanto como a nuestro viñedo

11.        No realizar una evaluación periódica de mis servicios. 

Debemos realizar periódicamente nuestros servicios de una manera objetiva. Una cuestión es el servicio que queremos prestar al cliente, otra es el servicio que prestamos y otra el servicio que percibe el visitante de nuestra bodega. Evaluaciones tipo Mystery guest, o evaluaciones menos formales realizadas por amigos y conocidos, recabando su opinión de la manera más objetiva y sincera posible sobre nuestros servicios y las posibilidades de mejora, deben ayudarnos muchísimo.

 

12.      No disponer de elementos que facilitan la localización de la bodega.

Asegúrate de que tu bodega sea fácilmente localizable en el territorio mediante coordenadas GPS, mapas en la web, y en los folletos, señalización propia y o de la ruta (accesos, nombre e imagen corporativa de la bodega…). También la señalización interna de tu bodega es relevante, ya que facilita la orientación del visitante (parking, entrada, aseos…), sobre todo si el recinto es de grandes dimensiones. ¡Cuántas veces hemos llegado a una bodega y nos ha resultado complejo localizar la zona de recepción de visitantes!

 

 13.      Proporcionar un servicio y una atención más propia de un lugar elitista que de un espacio de ocio y disfrute.

El vino ante todo es social, es una bebida de carácter universal asequible para la mayor parte de los públicos. Cuando alguien nos elige y viene a vernos, nos elige entre una multitudinaria oferta. Debemos acoger al público de una forma cálida y sincera, con nuestra mejor disposición. Y que no se nos olvide sonreir.

 

14.      No tener una política de precios claramente definida.

El precio de nuestro producto ha de ser  acorde al valor del producto enoturístico que ofrecemos. Con frecuencia nos encontramos servicios enoturísticos infravalorados (que no necesariamente se traducen en ventas de vino) y productos supravalorados que no responden a las expectativas de la demanda.

Además, el precio de nuestra oferta enoturística no debe ser algo inamovible. Hemos de tener clara también nuestra política de comisiones. Del mismo modo que debemos adaptar los productos y la información a los segmentos de demanda, debemos adaptar los precios a cada uno de los canales de comercialización.

 

15.      No fomentar canales de venta indirectos.

Todo producto puede comercializarse a través de diversos canales. Existen pocas bodegas que cuenten únicamente con un canal de venta de sus vinos. Pues a la hora de comercializar nuestra oferta enoturística debemos plantearnos algo similar. Está claro que debemos fomentar la venta directa, pero también es importante abrirnos a las oportunidades de venta que nos permiten los intermediarios del sector enoturístico. No nos cerremos puertas en un ámbito tan complejo como es el turístico.

Como siempre estaremos encantados de recibir vuestros comentarios y muy pronto os haremos la cuarta entrega. Hasta pronto.

10 enero, 2013

20 errores a evitar en enoturismo (3ª parte)

Tras el periodo navideño, en el que hemos aprovechado para seguir haciendo enoturismo, continuamos  compartiendo (hasta completar la serie de 20) , siempre bajo nuestra humilde visión del sector, otros 5 errores que debemos evitar en la gestión del enoturismo:

 

En enoturismo, deberíamos cuidar a nuestros clientes tanto como a nuestro viñedo

11.        No realizar una evaluación periódica de mis servicios. 

Debemos realizar periódicamente nuestros servicios de una manera objetiva. Una cuestión es el servicio que queremos prestar al cliente, otra es el servicio que prestamos y otra el servicio que percibe el visitante de nuestra bodega. Evaluaciones tipo Mystery guest, o evaluaciones menos formales realizadas por amigos y conocidos, recabando su opinión de la manera más objetiva y sincera posible sobre nuestros servicios y las posibilidades de mejora, deben ayudarnos muchísimo.

 

12.      No disponer de elementos que facilitan la localización de la bodega.

Asegúrate de que tu bodega sea fácilmente localizable en el territorio mediante coordenadas GPS, mapas en la web, y en los folletos, señalización propia y o de la ruta (accesos, nombre e imagen corporativa de la bodega…). También la señalización interna de tu bodega es relevante, ya que facilita la orientación del visitante (parking, entrada, aseos…), sobre todo si el recinto es de grandes dimensiones. ¡Cuántas veces hemos llegado a una bodega y nos ha resultado complejo localizar la zona de recepción de visitantes!

 

 13.      Proporcionar un servicio y una atención más propia de un lugar elitista que de un espacio de ocio y disfrute.

El vino ante todo es social, es una bebida de carácter universal asequible para la mayor parte de los públicos. Cuando alguien nos elige y viene a vernos, nos elige entre una multitudinaria oferta. Debemos acoger al público de una forma cálida y sincera, con nuestra mejor disposición. Y que no se nos olvide sonreir.

 

14.      No tener una política de precios claramente definida.

El precio de nuestro producto ha de ser  acorde al valor del producto enoturístico que ofrecemos. Con frecuencia nos encontramos servicios enoturísticos infravalorados (que no necesariamente se traducen en ventas de vino) y productos supravalorados que no responden a las expectativas de la demanda.

Además, el precio de nuestra oferta enoturística no debe ser algo inamovible. Hemos de tener clara también nuestra política de comisiones. Del mismo modo que debemos adaptar los productos y la información a los segmentos de demanda, debemos adaptar los precios a cada uno de los canales de comercialización.

 

15.      No fomentar canales de venta indirectos.

Todo producto puede comercializarse a través de diversos canales. Existen pocas bodegas que cuenten únicamente con un canal de venta de sus vinos. Pues a la hora de comercializar nuestra oferta enoturística debemos plantearnos algo similar. Está claro que debemos fomentar la venta directa, pero también es importante abrirnos a las oportunidades de venta que nos permiten los intermediarios del sector enoturístico. No nos cerremos puertas en un ámbito tan complejo como es el turístico.

Como siempre estaremos encantados de recibir vuestros comentarios y muy pronto os haremos la cuarta entrega. Hasta pronto.